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Capítulo 8

El papá de Pandora era un hombre tan seductor como su esposa. Medía casi dos metros de altura y tenía el cabello corto y la piel cadavérica. Una fina cola demoniaca salía de su espalda baja y se enredaba en su cintura. La capa que llevaba sobre los hombros ondeaba con cada paso firme que daba al caminar. Parecía una mezcla de vampiro y hombre millonario.

—Ya veo —dijo tocándose el labio—, así que quieren localizar al arma sirviente de Leora y necesitan de mi radar para eso.

—Perdón por la molestia —sonrió mamá con nerviosismo—, sé que no tengo derecho de pedirle nada porque apenas lo conozco, pero...

—No. No pasa nada. Mi deber es complacer a todas las mujeres y...

—Cállate, querido —dijo Jenna antes de meterle el codo entre las costillas. Pandora rió como una niña al ver la pelea de sus padres. Yo y mi mamá nos miramos incómodas. Posiblemente estábamos abusando de la hospitalidad de los señores, pero no teníamos alternativa—. Les ayudaremos, pero más vale que te hagas un examen de descendencia, Ralia.

—¿Eh? ¿Por qué? —Preguntó mamá con una expresión medio torpe.

—Porque no es posible que tú puedas controlar a Lament, y tu hija no haya podido someter a Cinder.

—Ah, eso.

Mis mejillas se pusieron coloradas. Nótese que mamá no intentó desmentir lo que Jenna le dijo, y si he de ser sincera, vi en ella una pequeña miradita de duda. ¿No estaría desconfiando acerca de que éramos familia, verdad?

Booker, el papá de Pandora, me pidió una muestra de mi sangre para localizar a Cinder. Extendí la mano y él usó la punta de su cola para pincharme el dedo pulgar. Una pequeña gota de sangre cayó encima de la mesa circular y las runas mágicas a su alrededor se activaron. El agua que había dentro tomó la forma de la ciudad y marcó un pequeño punto rojo a las afueras, bastante cerca de donde habíamos encontrado a Cinder la primera vez.

—Justo ahí —dijo Jenna—. Ve ahora. No sabemos cuánto tiempo se quedará.

—Está lejos. La vez anterior, tardamos en llegar.

—Mamá —dijo Pandora—, ¿por qué no usas tu conjuro de teletransportación para acercarlas?

—¿Ehh? ¿Quieres que lleve a Ralia con mi poder? ¡Pff! Ella puede ir caminando.

—Por favor, querida —dijo su esposo—. Necesitan de nuestra ayuda. Hay que apoyarlas. Además, Leora es amiga de mi pequeña Pandora, ¿verdad?

—En realidad...

—¡Somos amigas! —Respondí antes que Pandora y corrí a abrazarla. Le brindé un par de besitos en los cachetes—. Somos mejores amigas.

—Sí... —respondió la otra chica—, las mejores.

—Bueno —resopló Jenna—. Está bien. Si es por una amiga de mi hija, cederé. Tómense de las manos.

Mamá y yo obedecimos y nos paramos dentro de un cuadrado dibujado en el piso. Jenna cerró los ojos y movió los brazos para crear runas invisibles en el aire. Después, juntando los dedos, remitió su poder al marco de teletransportación. Las inscripciones se activaron y un torbellino de energía nos cubrió a ambas. Me abracé a mamá y ella me sostuvo con fuerza. Sufrí un terrible mareo, como si me hubieran arrancado la cabeza y la hubiese metido en una licuadora.

Cuando abrí los ojos, lo hice delante de una cueva cuya entrada era lo bastante grande como para construir una casa de dos pisos con chimenea incluida.

[Terminado ]Lujuria Demoniaca [Lésbico]Where stories live. Discover now