Parte 24

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hola, retomamos la obra :v


Capítulo 24

A la mañana siguiente, ninguna queríamos levantarnos. Nuestra orgia había sido legendaria. Quizá se cantarían canciones de nosotras en el futuro. No solamente habíamos interactuado entre las cuatro, sino que para ser honesta, realmente sentía un aumento gradual en mi poder. Era como si algo se hubiese desatado desde adentro.

Pero por mucho que quisiéramos repetir la noche, teníamos trabajo que hacer y un plan para encontrar a Cinder: entrar al mundo espiritual donde residían las armas sirvientes y todo con la ayuda de un ángel, Tadhiel. Todo lo que necesitamos era volver a La Ciudad del Fin del Mundo y rogarle que nos ayudara a cruzar.

—El portal ya está preparado —dijo Meredy, después de dibujar unos símbolos extraños en una piedra más alta que nosotras—. Sólo necesito energía para abrirlo. ¿Ralia?

—Sí. Es mi turno.

Mamá sonrió y tocó la espalda de Meredy. Cerró los ojos y concentró su aura en la palma de su mano. Al instante, su poder se reveló y lanzó una ligera onda expansiva que levantó las hojas secas del suelo. El cuerpo de la otra chica empezó a rutilar de una tonalidad verdosa y sus ojos se volvieron dos esferas azules. Juntó las manos a la altura del pecho y concentró su propia energía. Movió los dedos hasta formar una pequeña esfera y después, la lanzó hacia los símbolos que había dibujado en la piedra. Hubo una pequeña explosión y después, un agujero espacial que daba vueltas sobre sí mismo, se abrió en la superficie de la piedra.

—No dudará mucho. Entren, ya.

Envy me sujetó de la mano y se metió conmigo al portal. Mamá me siguió y Meredy fue la última en cruzarlo. Se cerró justo a sus espaldas y nos quedamos a oscuras.

—Ah, hogar, dulce hogar —dijo Ralia—. Ya empezaba a echar de menos la oscuridad. ¿Por dónde, hija?

—Por ahí —dije señalando con el dedo—. Sólo hay que seguir esta avenida.

—Pues andando.

Yo guié la fila mientras Ralia se colocaba al final para cuidar la retaguardia. La Ciudad del Fin del Mundo no había cambiado en nada. Seguía siendo esa abandonada metrópoli compuesta por edificios destruidos, con alimañas escondiéndose entre los recovecos oscuros y mirándonos con sus ojos saltones. Muchas de ellas seguramente pensaban devorarnos, pero por suerte, el gran poder que despedíamos las cuatro era suficiente para mantenerlos a raya.

—No puedo creer que la maestra Suspiria te haya enviado aquí a pelear.

—No fue tan malo, madre. Aprendí de mí misma y sobre todo, me di cuenta de que Cinder era una hija de puta.

—Deja de hablar de ella —dijo Envy—. Cada vez que la mencionas, me hierve la sangre. Le daré una paliza cuando la vea.

—Lo siento, linda —sujeté su mano con más fuerza y me incliné para darle un beso en los labios. Me encantaba que ella fuera de menor estatura que yo.

Caminamos sin contratiempos hasta llegar a las puertas del cementerio. Justo iba a entrar, cuando mamá me detuvo del hombro y pasó antes que yo. Una vez que estuvimos las cuatro adentro, la reja se cerró y un rayo iluminó el cielo. Las lápidas, dispuestas sin orden por todo el lugar, empezaron a temblar mientras seres de pesadilla emergían de sus escondites. Eran esqueletos armados con cimitarras y cuchillos oxidados. Sus mandíbulas se movían con gesto amenazante hacia nosotras y nos rodearon rápidamente.

—Prepárense para pelear —dijo Meredy.

Ralia cruzó los brazos y lanzó una onda de choque tan fuerte, que pulverizó a todos los esqueletos en el acto. El cementerio se quedó en completo silencio. Inclusive la burbuja de oscuridad que lo envolvía, terminó por disiparse.

[Terminado ]Lujuria Demoniaca [Lésbico]Where stories live. Discover now