XXVII

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[...]

Había pasado un mes desde que la tortura hacia el menor continuaban, dándole únicamente unas "pausas" las cuales habías sido entre y fin de semana.

La familia Uzumaki lo había invitado para el cumpleaños del rubio y el azabache menor, sin embargo no se quedó como tal, solamente felicitó al menor y le entregó un pequeño regalo que había hecho, y con la escusa de que se había portado mal regresó al orfanato, donde claro, al pasar la media noche comenzó uno de los abusos por parte del peliplata.

Había logrado ignorar un mes entero al Uchiha-Uzumaki dentro de la escuela.

Nadie sabía lo que ocurría con él, no lograba mirar a alguien a la cara, se sentía asqueado con solo verse en un espejo, sentía dolor al ver las nuevas y horribles marcas que ahora manchaban su delicado cuerpo.

Un día tuvo la intención de ir con el Uzumaki mayor para contarle lo que sucedía, más no contó con que akane lo seguiría ese día, haciéndole imposible el ingresar a aquel hogar, recibiendo uno de los castigos del mayor a cambio.

Él sabía que a pesar de todo no podría pedir ayuda, pues Akane lo mantenía vigilado.

Estaba perdiendo las esperanzas.

[...]

- ¿Realmente le hice tanto daño? Ni siquiera he logrado verlo en todo el mes, es como si... ¡Desapareciera! - Dijo alterado el azabache a sus dos padres, quienes lo miraban preocupado.

- Siento que debe haber algo más cariño, Víctor-chan no es de las personas que guarden rencor - Le respondió el rubio mientras colocaba una de sus manos a la barbilla.

- Prueba esta semana más, si todavía no lo ves, dale mas tiempo, sé que te dije que lucharas con fuerza, pero... También estaría bien parar un momento, para que él pueda pensar de igual manera - Complementó el Uchiha mientras se acercaba a su hijo.

Una cosa positiva que sucedió durante este mes, fue el gran avance que ellos tuvieron como familia.

Claro, Sasuke continuaba rentando el departamento, pero casi 4 veces a la semana se quedaba a dormir con sus hijos, y claro con Naruto, aunque ellos todavía no pasaban a más, al menos no era público todavía.

- Espero que esté bien... -

[...]

Pero ahora, llegamos a un nuevo fin de semana escolar, faltaban unos minutos para la salida, y ahí, en el baño escolar, se encontraban dos "amigos" queriendo tener una plática.

-¿Podemos hablar -

- N-no puedo Menma-Kun... D-debería ir a mi clase - Le daba la espalda al azabache, pues él se encontraba con sus dos manos en el lavabo evitando la mirada del contrario.

Cabe recalcar, que el corazón y los nervios del peliblanco poco a poco comenzaban a hacerse más notorios, y sin poder evitarlo, recordaba las veces en que Akane llegaba a su habitación, cerraba la puerta y comenzaba a tocarlo aún si estuviera dormido.

Inconscientemente tenía la misma experiencia ahora, llegando a temblar levemente.

- ¿Qué es esa marca en tu mano? - Preguntó preocupado mientras el albino por su parte se maldecía al no lograr ocultar aquella mancha roja.

- N-no es nada - Dijo mientras colocaba su otra mano encima de su muñeca cubriendola.

- ¿Cómo que no es nada? ¿Te volvieron a molestar? - Comenzó a caminar hacia el doncel con rapidez tocando levemente su hombro- Sabes que puedes contar-

- ¡N-no! - Casi al instante se giró mientras cubría su rostro con ambas manos - Vete... Por favor - Dijo ya con lágrimas en los ojos, las cuales caían lentamente aún cuando estuvieran los mismos cerrados.

Una Vida Contigo [SasuNaru] [9M2] EDITANDOKde žijí příběhy. Začni objevovat