VIGILANTES

CAPÍTULO 14.

Capítulo 14.

Recuerdo del pasado.

Paige.

La tierra era algo asombroso. Conocía grandes partes de ella, pero aún me quedaba mucho por recorrer. Habíamos llegado aquí hace un siglo, perdiendo la conexión con cualquier otro ángel, solo deambulando en protección de los humanos, cumpliendo con el deber que los anteriores no pudieron. 

A veces observaba vidas en especiales, aquellas las cuales escuchaba su lamento aún estuviera a un continente de distancia, las cuales sufrían tales cosas que partían en muchos trozos mi corazón, lo afligía de tal manera que no podía ni aunque quisiera ignorarlos. Sus lamentos retumbaban dentro mío y terminaban siendo parte de mí, sufriendo lo mismo que ellos a pesar de que fuera diferente mi congoja a la de ellos. Yo podía soportar más tiempo y más situaciones, estaba preparada y destinada para eso. Pero aún así no podía evitar que me destrozaran el pasado, presente y futuro de muchas personas. 

Los ángeles de mi rango no tenían la posibilidad alguna de visualizar el futuro, mientras que tales como Raziel sí podían. No anhelaba poder hacerlo, a pesar de que el futuro fuera algo incierto muchas veces y que pudiera cambiarse, pocos tenían las probabilidades de que así fuera.

Todo tenía un propósito y todos estaban destinados a algo, por más años y situaciones vivieran. La mayoría de las cosas estaban escritas y sucedían tal cual.

Me aterraba poder ser capaz de ver semejantes cosas, no quería ni en miles de años poder lograr eso.

Raziel nos había mandado una señal estos días sobre las últimas acciones de Semmyaza. Capturaba humanos, los debilitaba mental y sentimentalmente logrando tenerlos a su merced, obligándolos en cierta manera a ceder a sus peticiones. Algunos que tenían enfermedades terminales o aquellos que morirían en un accidente, él los tomaba para experimentar. Creaba demonios de la misma manera que Elijah había creado vampiros renegados. 

Jugaban con los sentimientos de los humanos deshonestamente, los manipulaban psicológicamente y los sometían a experimentos inhumanos.

Pero aunque encontráramos a las víctimas, a pocas habíamos logrado salvar.
Muchas veces lloraba en las noches sabiendo que no había llegado a tiempo para ellos.

Quise buscar tantas veces que no me alcanzan los dedos para contar a Derek, en ninguna había tenido éxito. Lo necesitaba, nunca había experimentado nada de esto, y sabía que con él todo sería más llevadero. Quizás con su ayuda si hubiera salvado a más personas de las que pude sola.

Para nosotros un siglo de los humanos eran unos pocos años, todo sucedía más rápido aquí que en el cielo. 

La última década se habían inventado coches para facilitar el transporte y estaba más ocupada que de costumbre. Los inventos de los humanos podían ser tan asombrosos como también llegaban a ser peligrosos, convertían cosas buenas en accidentes o muertes.

También había influencia demoníaca de parte de Semmyaza y los demás ángeles caídos que vinieron con ellos. Lograron persuadir a los humanos de crear armas que sutilmente aconsejaron que fueran para cazar, para facilitar la tarea, y ellos contentos aceptaron. Parecía algo tan simple y sin malas intenciones, hasta que también insistieron en guerras, creando conflictos que muchas veces comenzaron por la búsqueda del supremo poder entre todos.

Cada vez el trabajo de protegerlos lo consideraba imposible, no tenía idea de cómo salvar millones de personas, y tampoco podía por más que lo intentase, que así fue.