CAPÍTULO 8.

33 21 22
                                    



Capítulo 8.




Samantha




Con cada paso que doy a gran velocidad mi respiración falla y mis piernas se aflojan luego de horas corriendo. Había una opresión persistente en mi pecho desde que había oído a demonios hablar sobre lo que harían con Eros y Arik. Me escabullí con éxito del bar y ahora estaba en camino a una de las tantas guaridas de demonios. No iba a permitir que los mataran, mucho menos que los torturaran de la manera que tenían pensado.

Los había conocido hace tanto tiempo que ya había perdido la cuenta. Me ayudaron cuando lo necesité, cuando luchaba contra la transformación de humano a vampiro.

Hablaba de muchísimos siglos atrás.

Ellos habían sido los primeros en ser creados, eran los más antiguos. Cuando los encontré, o mejor dicho, ellos me encontraron, estaban juntos. Aún recuerdo las horribles sensaciones en mi cuerpo las primeras semanas y aquella vez que me desperté sin saber dónde estaba...

Una luz blanca es lo primero que aparece en mi campo de visión cegándome, cierro los ojos nuevamente hasta ajustarme a ella. Intento sentarme en la cama donde me encuentro y el cuerpo me duele. La cabeza me late tan fuerte que no puedo pensar en nada más que quitármela.

—Tómalo con calma —escucho una voz masculina y alzo la vista.

—¿Quién eres?

No responde. Comienza a acercarse a pasos lentos hacia mí y levanto la mano en señal de que se detenga y lo hace.

—¿Qué hago aquí? —el dolor en mi cabeza persiste a pesar de ya poder mover mi cuerpo sin molestias.

—Te encontré en medio de una autopista, desmayada, y te traje aquí —su respuesta es monótona, parecía un robot.

¿En una autopista?

Lo último que recuerdo fue la fiesta de mi amiga Lily. Habíamos ido a un lago con otros amigos, estábamos viendo la luna...y luego nada. Todo es borroso.

—¿Dónde está Lily? —formulo la pregunta como puedo, con el miedo de que algo malo haya pasado.

¿Esto era un hospital? Eran pocos los que había, la mayoría era utilizado para los heridos por la reciente guerra que se había desatado en el mundo.

El desconocido al escuchar mi pregunta agacha la cabeza y permanece en un silencio doloroso para mí.

—¿Puedes responder? —insisto y vuelve a enfocar sus ojos en mí.

—Lo siento... —se acerca y esta vez no lo detengo. Un malestar aparece en mi estómago, algo malo había pasado —. Es difícil de explicar pero tú...

Su mano viaja a su cabello y lo despeina frustrado.

—Eres un vampiro.

Lo miro unos segundos hasta que una risa mezclada con nervios sale de mí.

—Estás...de...broma —digo entre risas incontrolables —. Esa es buena, eh.

—No lo es... —murmura serio y veo la pena brillar en sus ojos.

Dejo de reírme al ver que realmente habla en serio. ¿Pero cómo era posible? Jamás había visto un vampiro en mi vida, eran puros mitos y leyendas como la luna de sangre. Inventos de la gente para provocar terror y miedo. Seguro hasta para vendernos alguna baratija que nos hiciera sentir seguros cuando en realidad no iba a ayudarnos en nada.

VIGILANTESWhere stories live. Discover now