Ella va a estar bien

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Se acercó a mí y tomé sus bragas para bajarlas con cuidado, acariciando sus piernas y deleitándome con su olor.

–Si tuviera pene estaría todo el día con una erección– se rió dándome un pequeño golpe en el hombro –No estoy bromeando– miré sus labios y la atraje a mí para besarla. La hice quedar recostada en la cama y me detuvo.

–Gírate– la miré confundida.

–¿De espaldas?– negó –Oh...– sonreí levantándome para ponerme en cuatro sobre ella, pero con mi cabeza en su entrepierna.

Ella me abrazó por la cintura y me hizo descender hasta que sentí su boca entre mis pliegues. Me incliné para alcanzar su centro y abrió sus piernas para darme un mejor acceso.

–Mmmm...– gimió sobre mis pliegues y sonreí enterrando más mi boca en ella.

Lamí el largo de sus pliegues y llevé mis labios sobre su clítoris para chupar y succionarlo. Katie me dio una nalgada e introdujo dos dedos de golpe. Gemí fuerte y me acomodé para llevar una de mis manos a su centro y hacer lo mismo.

Estuvimos así hasta que ambas nos corrimos, me recosté sobre ella sonriendo y luego me senté en la cama.

–Gimes tan bonito– se rió –Así que tengo que hacerte gemir mucho más– se mordió el labio y me acerqué para besarla, nuestros sabores se mezclaron durante el apasionado beso y me alejé despacio, pero me lo impidió tomando mi cuello con sus manos para acercarme y seguir besándome.

Mordí su labio con algo de fuerza y luego pasé mi lengua por él, nos miramos por un instante y sonreímos.

–Prepara tu garganta, porque te voy a hacer gritar– susurré en su oído y mordí el lóbulo de su oreja, pasé mi lengua descendiendo por su cuello y llegué hasta sus pechos.

–_____...– gimió cuando mordí su pezón y sonreí, pasé mi lengua por la zona y después bajé hasta su abdomen. Dejé leves marcas y seguí descendiendo hasta llegar a su centro. Pasé mi lengua por allí y me levanté de la cama para ir a buscar el arnés.

Lo amarré a mi pelvis y Katie se acomodó de inmediato para dejar su entrada libre para mí. Me posicioné entre sus piernas e introduje el juguete de inmediato.

–¡_____! ¡Aaah!– sonreí dándole una pequeña cachetada para después tomar su cuello y ahorcarla –¡Aaah!– presioné fuerte contra ella para meter todo el dildo dentro.

–Me gustaría tanto poder sentir tu interior– sonrió y apreté un poco más fuerte su cuello para penetrarla más rápido.

–¡Oh _____!– la solté y me salí de ella.

–Levántate– dije parándome de la cama y me siguió –Contra la pared– lo hizo y tomé su trasero para darle una fuerte nalgada, dejando mi mano marcada –Abre las piernas– obedeció y me introduje de una sola embestida.

–¡Aaaah!– tomé sus caderas y comencé a penetrarla, provocando que por cada embestida au cuerpo chocara contra la pared.

Comencé a besar su espalda sin dejar de moverme y dejé también leves mordidas.

–No reprimas tus gemidos– susurré y aumentó su volumen, le di una nalgada y dejé mi mano para apretarla.

–¡_____! ¡Oh _____!– mordí la parte trasera de su cuello y volví a nalguearla.


———


–¡Aaah! ¡Katie!– gemí mientras mi esposa me tenía en cuatro, me dio una fuerte nalgada y luego me tomó del cuello para que me levantara, quedando solo con las rodillas apoyadas en la cama.

Lugar de paz -KATIE MCGRATH Y TÚ-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora