Veintiséis

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—Eres demasiado arrogante y orgulloso como para darte cuenta.

—¿De qué se supone que debo darme cuenta, JongIn? —increpó, firmando con dureza los reportes frente a él mientras que su atormentada mente era fustigada por las palabras de su amigo.

—Baekhyun —señaló con obviedad—. Tú mismo has dicho qué no sabes lo que te sucede, pero es sólo tu terquedad lo que no te deja ver lo que en tu corazón ocurre.

—¿Y tú me ayudarías? —masculló con los dientes apretados.

—Te gusta. Lo amas.

—Eso no lo sé. Lo único que reconozco es que me encuentro en un limbo. No sé cómo me siento cuando está a mi alrededor.

Jongin chasqueó la lengua y con rudeza golpeó el borde del buró. Chanyeol enarcó la ceja derecha y largó un tenue gruñido, era molesto.

Desde los días pasados, luego de su cumpleaños cuando Baekhyun lo acorraló frente a un acantilado de preguntas y exigencias, su espíritu estuvo intranquilo y su cerebro en una marea de preguntas sin respuestas que empezaba a ahogarlo. Desde entonces, su omega estaba decaído, luciendo triste y lastimero por los pasillos de la casa. Él sabía que era su culpa, pero no podía aún descifrar sus sentimientos y darle la respuesta que esperaba. No podía ilusionarlo para que al final su corazón se apartara. Eso sería mucho peor. Y por ello trataba de comprender lo que sentía, pero el tiempo pasaba y sentía que se alejaba más y más de Baekhyun en su búsqueda por la verdad de su corazón.

No era justo par ninguno de los dos.

—¿Y si me equivoco?, ¿y si lo que siento es sólo cariño y le rompo el corazón al mentirle?

—¿Nunca te has puesto a pensar que lo que sientes es miedo?

—¿Miedo a qué?

—Al amor, a una familia. Tus propios padres no son el mejor ejemplo de una familia amorosa y unida. Tú creciste en un ambiente muy tórrido. Tu padre era, por decirlo con sutileza, un cerdo que no merecía a tu madre. Maduraste demasiado pronto y muy rápido y ello mismo te llevó a no tolerar una parte de tu obvia naturaleza. Todos buscamos el amor, incluso tú y lo buscabas antes de conocer a Baekhyun; por eso, esa noche de su transformación no lograste controlar tus impulsos y tomaste lo que creías era tuyo; tomaste a la persona con quien por muchas noches soñaste.

Chanyeol torció los labios. No sabía que Jongin estuviese tan al tanto de sus sueños húmedos, y era además demasiado vergonzoso de admitir. Quizás eran sus suposiciones, pero llegaban a ser muy ciertas. Jongin siempre fue su mejor amigo y su confidente, aunque nunca le confesó que sintiera cosas tan fuertes por Baekhyun cuando este era un príncipe que él rechazaba con tanto ahínco.

—Ya lo querías desde antes y negaste esos sentimientos por torpes prejuicios. Creías que era un omega imperfecto. Gordo, feo, desaliñado, sin gracia, mimado, caprichoso, y la lista de defectos que le creaste sigue y sigue —reprochó—. Y lo mantuviste alejado con esa facha de hombre serio y tosco, ahuyentándolo con tus groserías hasta que se sintiera mal consigo mismo. Todo por tu propia inconformidad con tus sentimientos y tu incapacidad para aceptar que habías perdido ante el omega.

—Si pudieras dejar de hablarme como mi padre, te lo agradecería.

—Tu padre nunca te dio una charla semejante, es por eso que lo hago yo y buena falta que te hace —mencionó—. Soy menor a ti, Chanyeol, pero soy, aunque te duela, mucho más maduro que tú y más sensato en lo que respecta al amor.

—Es porque eres un lobo enlazado. Los de tu clase encuentran el amor con mucha facilidad y lo reconocen con sencillez. Yo no.

—Eso no tiene nada que ver ni con mi clase, ni con el hecho de que soy un lobo. Todas las personas temen aceptar a sus destinados, es algo muy común, y ese miedo irrefrenable los lleva a cometer las mayores estupideces de sus vidas. Lo he visto y no quiero que sufras cuando puedes remediarlo todo.

El Defecto de un Omega (ChanBaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora