Diecisiete

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El maestro daba su clase, algo sobre historia del arte barroco, pero Baekhyun tenía la mente en otro lugar. Después de recibir el resultado de su examen de sangre y saber que no estaba en cinta, se sintió francamente desilusionado. Él sí quería cachorros, aunque debía pensar que tal vez no era el momento más idóneo. Un día después, aquella información seguía rondando por su mente.

Su tío Yesung llegaría en un par de días y sería su entrenador personal. La idea lo tenía muy entusiasmado, sin embargo, sí tenía miedo de cómo sucedería todo. Una vez en el pasado, cuando tenía dieciséis años, ya intentó entrar en forma, mas no lo consiguió. Pero ahora debía hacerlo si quería tener cachorros saludables.

Su profesor les dejó un ambicioso proyecto sobre un cuadro surrealista inspirado en la naturaleza, y Baekhyun tenía el escenario ideal. No obstante, también tenía sus propios proyectos entre manos. Era un excelente pintor y escultor según escuchó de sus maestros y colegas. Sus manos parecían hechas para sujetar un pincel o labrar con el cincel, y Baekhyun no podía estar más orgulloso de ello. Haría un cuadro del lago frente a su casa, le daría cierto toque mágico que lo haría exquisito, ya podía verlo, pero le llevaría mucho tiempo, casi ese mes que el maestro les dio para entregar el proyecto.

Baekhyun era además un pintor activo en la galería más importante de Seúl que era además propiedad de su amigo Taemin. Ahí exhibía sus obras en ciertas galas y le gustaba recibir el apoyo del pueblo que dejando de lado el título de nobleza, lo veían como un pintor que intentaba conquistar el corazón de su público. Para ese mes Taemin preparaba una gala sumamente especial con los empresarios más acaudalados de Seúl y algunos inversionistas extranjeros que tenían la intención de apoyar a las causas benéficas para las que trabajaba Taemin. Entonces debía asegurarse de que su siguiente obra fuese maravillosa, aunque no estaba seguro de qué pintaría. Era difícil trabajar bajo presión.

A él le gustaba mucho retratar desnudos, era exquisita la forma del cuerpo humano y sus diferencias en cada individuo. Sin embargo, no era propio de un omega de la realeza realizar ese tipo de trabajo, aún así, sus padres lo apoyaban en cada una de sus ideas artísticas, incluso un día ocupó a sus hermanos para un desnudo: el milagro de la Luna, llamó a la pintura donde estaba Suho desnudo, apenas cubierto por unos matorrales, y a su lado JongDae en su forma de lobo. La pintura, aunque avergonzaba a sus hermanos, estaba expuesta en el salón principal del palacio.

Al regresar a casa cerca del anochecer luego de haber ido a la tienda por bastidores, óleo, y pintura nueva, se encontró con la ausencia de Chanyeol. Su marido le indicó que estaría muy ocupado encargándose de ciertos temas de seguridad de la ciudad y de otras regiones en ausencia del Ministro de Defensa.

Lo extrañaba.

Y eso era malo.

Su corazón tonto estaba locamente encaprichado con el gélido General que no era capaz sino de fingir una sonrisa en su presencia.

Dejó sus utensilios en el cuarto de arte que tenía a sólo unos pasos del jardín principal, ahí donde el sol en cualquiera de sus puntos daba a través de las gigantescas ventanas. Regresó a su recámara y decidió tomar un baño mientras esperaba por la cena.

Desnudo, se dio cuenta que su cuerpo había cambiado, tenía las caderas más anchas, y eso, según recuerda lo que le dio Ryeowook, se debía al comienzo de su vida sexual. Verse así mismo de esa forma le avergonzó muchísimo. Ahora tenía curvas más prominentes a pesar de su peso.

Agitando la cabeza se dejó embargar por la lluvia artificial. Lavó su cabello haciendo espuma con el shampoo cuyo olor a manzana le gustaba tanto.

El Defecto de un Omega (ChanBaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora