Diecinueve

7.1K 884 127
                                    


Cometió un error y lo sabía, aunque la reacción de su esposo fue bastante halagadora, no por ello dejaba de estar sumamente nervioso y asustado. No tuvo el valor para contarles a sus amigos sobre su torpeza tecnológica; ellos seguramente se reirían.

Durante dos horas estuvo preso en su estudio, trazando líneas sobre el lienzo e imaginando difusamente lo que quería plasmar. Su proyecto para la clase de historia estaba siendo algo complicado, especialmente porque a su pintura del lago le faltaba algo, un toque picante, quizás. Aún no la había empezado y ya se encontraba con más problemas que aciertos. Se imaginó pintar algo erótico en el lago, y por un segundo pensó en Chanyeol y él como aquella primera noche cuando su marido lo tomó atado de un árbol. Pero quizás era demasiado.

No obstante, al menos para su pintura que iría a la galería sí tenía ya todo planeado. El desnudo de un hombre alto, fornido y apuesto en medio de una bruma de humo y pequeños toques de colores que contrasten con el blanco y negro. Sólo tenía que llamar a su modelo.

Zhoumi era ideal para el trabajo. El hombre era un modelo chino que conoció hace varios años en Japón, durante la semana de la moda en la que el sujeto participaba y que él logró ver por mera coincidencia. Siempre fue muy bueno con él, a pesar de sus defectos y era un buen amigo. Tenía que ser él, no había nadie mejor. Lo llamaría en unos días, cuando al menos haya concretado sus ideas para el proyecto universitario.

Al salir se dirigió a la ducha, necesitaba quitarse el carboncillo de los dedos y los rastros de pintura que quedaron sobre sus dedos. No debió experimentar nuevas mezclas cuando esa noche debía estar impecable. En su recámara, Baekhyun tomó una bata de baño y entró al cuarto. Su cuerpo desnudo se dejó llevar por el agua caliente de la regadera. Quería relajarse, lo necesitaba, pero no era así de sencillo. Su pulso alocado le advertía un infarto y el temblor en su cuerpo era signo de un fuerte desmayo. Si la reacción de Chanyeol no era como la esperaba, seguramente su salud sería lo de menos frente a la humillación.

Al salir el reloj marcó las seis de la tarde. Debía apresurarse o Chanyeol llegaría antes incluso de que él estuviese listo. Fue al ropero y tomó las prendas de Tao. El top era pequeño: un rectángulo de seda roja con tirantes delgados y un moño al frente. Las bragas eran la peor parte. Eran minúsculas y por fortuna cubrían su intimidad, pero apenas. Se calzó la ropa y con vergüenza se miró al espejo. Su imagen no le convencía del todo, aún así ya era tarde. Se calzó un suéter blanco que milagrosamente cubría hasta debajo de su trasero, no así para ocultar los ligueros vergonzosos que estaban apretando sus muslos. Peinó su cabello y trató de hacerlo lucir bonito, entonces encontró dentro de uno de sus cofres de joyas el regalo que le hizo Zhoumi en Japón. Un collar con encaje y finas cadenas bañadas en oro rosa. Siempre le gustó mucho pero nunca tuvo ocasión de usarlo. Creyó que luciría bien así que se lo abrochó alrededor del cuello. Se calzó sus pantuflas rosas y salió.

A esa hora la casa debía estar ya deshabitada, así lo esperaba él o sería bochornoso que la servidumbre lo viera vistiendo tan escazas prendas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

A esa hora la casa debía estar ya deshabitada, así lo esperaba él o sería bochornoso que la servidumbre lo viera vistiendo tan escazas prendas. Bajando hasta el salón no divisó a nadie. Las luces estaban encendidas y había algunas velas por aquí y por allá cuyo aroma a chocolate era estimulante. Llegó a la cocina y se encontró con el menú preparado por el chef. Salmón Wellington con ensalada de lechuga. Vino blanco y un aperitivo de pan pita. El postre era tarea de Baekhyun. Un coulant de chocolate no debería ser difícil de hacer.

El Defecto de un Omega (ChanBaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora