Cuatro

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Baekhyun durmió casi toda la mañana del día siguiente y poco o nada conversó con sus padres o hermanos sobre su transformación. Abrió los ojos cuando el reloj marcó las once y cuarenta y tres minutos, seguido de un suave golpeteo en la puerta que lo agitó.

—Cariño—llamó su madre—, traigo tu desayuno.

El joven príncipe logró balbucear un 'adelante' y su madre entró después, acompañada de una sirvienta que llevaba en sus manos una aromática charola con el más suntuoso desayuno. El aroma a panecillos con crema y café recién hecho lo hicieron erguirse en la cama, aunque un quejido abandonó sus labios cuando su maltratado trasero se movió contra la cama.

La mujer dejó la charola sobre la cama, junto al muchacho y se retiró. Entonces su madre habló:

—¿Cómo salió todo, bebé? No supimos de ti sino hasta muy noche.

—Fue..., increíble —dijo, aunque el rubor en sus mejillas causado por los recuerdos fogosos de una noche erótica.

—Ahora mi cachorro es un adulto —gimoteó Heechul, haciendo un infantil puchero con los labios.

—No creo que nadie me considere un adulto, de todas formas —musitó avergonzado.

—¡Claro que sí! Estoy seguro de que habrás impresionado a muchos que querrán cortejarte.

Baekhyun quiso reírse. Si dependía de cortejos para encontrar marido, él bien sabía que no lo encontraría tan fácil. Los hombres con bajos prejuicios no abundaban en Corea. En realidad, la sociedad era muy semejante al recto ejército que no lo aceptaba por su aspecto a pesar de su posición como príncipe. Ahora, además, un escuadrón de habladores lo descubrieron esa noche luego de intimar con el General. ¡La catástrofe! Seguramente ahora todos los militares ya lo sabían y las burlas no se harían esperar, empezando por el General. Su corazón dolió, pero recordó que el hombre sólo le ofreció una noche para apaciguar el calor de su celo, no un amor eterno.

Debía decirle a su familia lo ocurrido antes de que ellos se enteraran por bocas maliciosas, pero estaba aterrado. Su padre, Siwon, seguramente querría mandarlo lejos y quizás Chanyeol perdiera su lugar en el ejército por esto. Si el hombre no lo odiaba ya, entonces sí lo haría cuando fuese dado de baja por su calentura.

—Mamá..., hay algo que yo..., hice.

—Luces atemorizado, cachorro, tranquilo.

—Yo..., la noche pasada...

La puerta al abrirse llamó su atención, era su hermano JongDae que entraba con el mal humor oliéndose de lejos. Heechul frunció el entrecejo y advirtió de la incómoda atmósfera creada con la llegada de su hijo.

—Mamá, ¿puedo hablar a solas con Baekhyun?

Pero no era una pregunta sino una demanda.

—¿Sucede algo? —quiso saber Heechul.

—Cosas de hermanos.

Sabiendo que nada sacaría de JongDae, Heechul se marchó con la curiosidad a flor de piel. La puerta fue cerrada y entonces la tormenta se desató.

—¡¿Cómo fuiste capaz?! ¡¿Acaso te das cuenta de la gravedad de tus actos?!

—Jo-jongDae, ¿qué dices?

—Hablo de tu noche con el General Park —ladró.

—¿C-cómo te has...?

El Defecto de un Omega (ChanBaek)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora