Capítulo 7.- Vestidos para el baile

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Llegué a mi clase de matemáticas y me senté, todos estaban de pie esperando al maestro, pero yo no quise, que flojera, y todos me observaban.

—Ponte de pie— me susurró el chico de al lado.

—Nah— respondí sin ganas.

—Ponte de pie o nos castigarán a todos— susurró el del otro lado.

—No me interesa— respondí.

Ambos intercambiaron miradas y me cargaron haciendo que me parara de mi asiento y me resigné a estar parada hasta que llegó el maestro.

Ya que llegó ahora sí me dejé caer en mi asiento.

—No te costaba nada— susurró el primer chico.

Después de esa clase, llegué a la siguiente y esta trataba de estrategia militar.

—Señorita Miles, ¿cuáles serían sus órdenes en ésta situación? —me preguntó el maestro.

—No tengo idea— respondí sin interés.

—Vamos señorita Miles, las órdenes son claras, cualquier persona las entendería— dijo el maestro.

—Bueno entonces, soy objetora de conciencia— dije y todos se inclinaron a escuchar, metiches.

Mi siguiente clase estuvo casi igual, hicimos una prueba de diagnóstico y no entendía nada, así que imagino el resultado de esa prueba.

Llegué a las barracas (así les llaman a las literas donde se duerme) y las chicas tenían vestidos y se los estaban mostrando entre ellas.

—Déjame verlo— dije acercándome a una de las chicas que tenía un vestido rojo en sus manos.

—Está muy lindo— dijo una que estaba allí.

Noté que Sue se apartó y se sentó en su litera, se veía algo triste.

—¿Te gustaría dar un paseo?, ¿o una marcha?, no sé cómo le llamen aquí— le pedí.

—Claro— aceptó después de dudarlo un poco.

Caminamos por el campus observando a los alumnos que practicaban varias cosas, como marchar, portar armas, etc.

—Sabes... ahora están implementando algo nuevo en la escuela, hace poco construyeron una sala grande y pusieron instrumentos musicales, que raro— dijo y en cuanto oí instrumentos musicales paré en seco.

—¿Instrumentos musicales? —pregunté MUY sorprendida.

—Sí, ¿tú tocas alguno? —preguntó curiosa.

—Amm... sí— respondí insegura sobre decirle o no.

—¿Qué instrumento tocas? —preguntó de nuevo.

—La guitarra... y el piano, y la batería y el bajo, y un poco la armónica— dije algo avergonzada, me sentía una presumida.

—¿Todo eso?, whoa, ¿a qué edad empezaste a practicar?

—A los 6, es que yo no soy para ser militar, la música es lo mío.

—Solo es cuestión de adaptarse, ya te acostumbrarás, gente como Jennifer está acostumbrada, sus padres están en el ejército— mencionó, Joe venía en dirección a nosotros, se puso enfrente y como es el de mayor rango en la escuela, ambas hicimos el saludo militar.

—Descansen, cadetes, ¿A dónde se dirigen? —preguntó con su postura de militar, sus manos detrás de la espalda.

—Iremos a casa por unos vestidos para el baile de bienvenida— respondí y Sue me codeó —señor— agregué.

—Asegúrense de elegir los más lindos, continúen cadetes— dijo siguiendo su camino.

—Nos vemos, Joe— me despedí y Sue esperaba un regaño, pero no lo hubo.

—No puedes hablarle así al comandante— dijo preocupada, pero sonriendo.

—Creo que sí puedo, él... es mi padrastro, bueno lo será pronto, él y mamá se conocieron en una boda y decidieron tener una propia— expliqué y una muy sorprendida Sue me miraba.

—¿Tu padrastro?, si le dijeras a Jennifer, ella te trataría mejor— sugirió.

—Claro que no, Stone es mi propia batalla.

Llegamos a casa y afuera había un letrero que decía "residencia del comandante" y subimos a mi habitación. Le mostré a Sue los vestidos que tenía, mi mamá me los compraba y llegaba a usarlos una o dos veces al año, pero con Joe invitándonos a todos lados los usaba más seguido. Le di a elegir algunos.

—Tú elige primero, son tuyos— dijo viéndolos.

—No, es mucho más divertido para mí si tu escoges primero— dije y mi mamá llegó a saludarme a mi cuarto, algo que me gustaba de ella era que si estaba de buenas te saludaba como si no te hubiera visto en años.

Entró y me abrazó.

—¿Qué tal la escuela? —preguntó mamá.

—Ammm.... está muy estructurada— respondí y cambié de tema abruptamente.

—Mamá ella es Susan, pero le gusta que le digan Sue y estamos eligiendo vestidos para el baile— dije.

—Creo que cualquiera le quedaría muy bien a Sue, el almuerzo está listo para que vengan por él— dijo poniéndose el delantal de forma equivocada y se fue.

—Todos están muy lindos— mencionó Sue, pero sabía que ella quería uno en especial.

No lo saqué de mi armario porque nunca me había gustado, era rosa, corto de adelante y largo de atrás y ella lo estaba viendo.

—¿Quieres probarte este? —le pregunté al sacarlo y sus ojos de iluminaron.

—Probablemente no lo has usado y quieras estrenarlo tú— dijo negando.

—¿Acaso bromeas?, mi mamá me lo compró hace un año y aún no lo he usado— dije entregándoselo.

—Es que...— no se le ocurrían excusas, era un bonito vestido, pero no de mi tipo.

—Los que no me gustan los guardo para venderlos cuando mamá no me quiere dar dinero, pero tú me trataste bien sin conocerme, así que mereces conservarlo— dije y puso una enorme sonrisa.

—¿Te he dicho que eres genial? —preguntó feliz.

—No, pero siempre hay una primera vez— respondí y me abrazó.

—Bien, yo me quedaré con este— dije eligiendo el de rosas rojas. Creo que tal vez, sólo tal vez no sea muy muy mala la escuela militar.

ESŵ

¿Militar? ¿Yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora