Capítulo 2.- ¿Se van a casar?

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No tenía idea de a dónde iríamos, pero tenía que arreglarme según mi madre, porque Joe nos llevaba a cenar con gente muy disciplinada y elegante, pues eran militares.

Me puse un vestido beige con encaje negro (el de la foto multimedia) y me peiné con un moño despeinado (igual al de la foto).

Bajé y mi mamá comenzó con sus típicos halagos de mamá, sin mencionar que Joe ya se encontraba aquí.

—Te ves muy hermosa Jordi— dijo mi mamá.

—Gracias— respondí.

—Bueno se nos hará tarde si no nos vamos ya— dijo Joe y salimos a cenar.

Llegamos al restaurante y había mucha gente, Joe y mi mamá los saludaban y yo sólo esperaba a llegar a nuestra mesa, comer y regresar a casa a tocar algo que me relajara.

Nos sentamos en nuestra mesa y comenzamos a comer, presentaron a algunas chicas y les dieron algunas medallas no sé de que.

Después de que terminara de hablar el tipo de las medallas, Joe hizo un brindis.

—Me alegra presentarles a todos a Christina y a Jordan, por un nuevo capítulo en nuestras vidas— dijo mientras sostenía la mano de mi mamá.

¿Un nuevo capítulo en nuestras vidas?, ¿eso significa lo que creo que significa?, ¡no por favor!

Salí de allí lo más rápido que pude y llegué a una pequeña terraza, más bien un balcón, tomé mi cabeza en mis manos.

—¡Diablos!— dije y golpeé el muro, obviamente no lo hice fuerte porque me rompería algún hueso de la mano y no podría tocar por un tiempo.

—Guau, qué lenguaje— dijo un chico que se encontraba allí antes que yo.

—¿Quién eres?— pregunté curiosa porque no lo había visto.

—Me llamo Kayden, ¿y tú?

—Jordan.

—Lindo nombre— dijo extrañado.

—Es nombre de chico ¿y dices que es lindo?— dije obvia.

—No es el nombre en sí, es la persona que lo tiene— dijo tomando de su bebida.

—Ah... ¿Gracias?— agradecí confundida.

—¿Con quién vienes?— preguntó para evitar el silencio incómodo que estuvo a punto de crearse.

—Con mi mamá y su novio, ¿y tú?— pregunté de vuelta.

—Mi padre...— fue interrumpido por una chica, que tenía un aspecto de presumida, espero no sea así.

—Oye Kay, tu padre te busca— mencionó la chica.

—Ya voy, nos vemos linda Jordan— dijo saliendo del pequeño balcón.

—Claro— suspiré y me recargué en la baranda del balcón.

—Aquí estás— dijo mi mamá saliendo al balcón.

—No, en realidad estoy allá— dije sarcástica.

—Linda, no te comportes así, Joe y yo...—

—Se van a casar, ¿cuándo pensabas decírmelo?, ¿después de la boda?, ¿pensaste en qué diría yo siquiera?— pregunté al borde del llanto.

—Linda, no quiero que llores, Joe creyó que ya te lo había dicho, pero estaba buscando el momento oportuno— dijo jugando con mi moño despeinado.

—Felicidades a ambos— suspiré y salí de allí.

Me senté en la barra y no tenía nada qué hacer.

—Usted parece ser una señorita interesante— mencionó el cantinero, un señor de unos 60 años.

—Si por interesante se refiere a miserable, entonces, sí soy interesante— respondí.

—Usted no es miserable señorita, los miserables son gente sin nada ni nadie, ni aspiraciones, y usted parece interesante porque tiene todo eso.

—Sí tengo a alguien, y sí tengo aspiraciones, ¿en verdad eso me hace interesante?— pregunté incrédula.

—Así es, así que no esté triste o aburrida cuando se debería estar divirtiendo.

—Esta no es mi idea de diversión, así que sí puedo estar aburrida o triste.

—Para mucha gente esto de ser importante y criticar es divertido, pero para usted no, lo ve, tenía razón cuando dije que parecía ser una señorita interesante— sonreí, este señor es genial.

Pasé la noche conversando con el cantinero y sí tuve diversión, porque la gente mayor siempre tiene algo que contar.

Llegué a casa y subí a mi habitación a dormir, mañana temprano vendría mi papá por mí y no quiero estar cansada.

Peace ✌

¿Militar? ¿Yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora