Capitulo Veinticuatro

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En la actualidad.

Camila salpicó agua sobre su piel caliente mientras flotaba perezosamente en la piscina de sus padres. Su padre, aunque tenía edad para la jubilación, no era capaz de dejar su trabajo en la empresa de Gas Natural Foster, diciendo que el lugar se vendría abajo sin él. En realidad, era una de esas personas que tenían que tener un trabajo con el fin de sentirse productivos. Eso, y conducir alrededor de la zona para inspeccionar los pozos de gas natural, le daba la libertad que todavía necesitaba. Sospechaba que se volvería loco y enloquecería a su madre también, si permanecía atrapado en la casa todo el día.
Su madre había ido a la tienda de comestibles para abastecerse por la visita de Sofia. A su madre le encantaba cocinar y sin duda tendrían sus comidas favoritas de la infancia mientras estuvieran allí.
Así es que, sola, Camila se puso su bikini y se metió en la piscina, nadando varias vueltas antes de subirse a uno de los flotadores en el agua.
Había hecho un trabajo notable al mantener a Lauren Jauregui fuera de su mente. Ayer, domingo, había compartido el almuerzo y la cena con sus padres, hablando durante horas
mientras se ponían al día. Había dormido profundamente, la tranquilidad de Calloway la había adormecido en un sueño reparador. Ahora, hoy, sin distracciones,encontró que sus pensamientos viajaron hacia su antigua amante. ¿Preguntándose cuales eran las probabilidades de que ellas se quedaran en Calloway después de la reunión? Había sospechado que Lauren estaría de regreso a su casa tan pronto como hubiese terminado la reunión. Pero no. Estaría aquí la semana completa. Tal vez nos encontramos la una a la otra. O tal vez no lo harían. Porque si la escena en el ascensor no les había dicho que
todavía sentían una atracción entre ellas, nada lo haría. Había estado a punto de arrancarle la ropa en ese mismo momento y hacerle el amor.
¿Hacer el amor?
Cerró los ojos, dejando que el movimiento suave del agua la llevara veinte años atrás, viéndose a las dos, no como adultas, sino como adolescentes. No había habido nada
incomodo en ellas al ser amantes. Lo más difícil había sido encontrar tiempo para estar a solas, y no ser atrapadas. ¿Pero hacer el amor? No, no había tenido nada de torpe o de
inepto como solía ser con los adolescentes. Siempre hubo una conexión entre ellas, un sexto sentido que las guiaba. Incluso la primera vez, la primera vez para las dos, ellas simplemente sabían.
Abrió los ojos, mirando a través del agua, viendo a Lauren chapoteando en la piscina, con el pelo largo y oscuro peinado hacia atrás. Recordó la tortura que sufría cuando Lauren
caminaba descaradamente en su diminuto bikini, bromeando y coqueteando y Camila no podía hacer nada al respecto ya que su madre o hermanos, sin duda, estarían cerca. Todo lo que Camila podía hacer era mirar y esperar. Esperar la noche, cuando podrían estar a solas en su habitación. Entonces ella lograba su venganza, con su boca y su lengua se
divertía con Lauren sin piedad, haciéndola suplicar por la liberación que buscaba. Incluso entonces, como adolescentes, jugaban juegos de adultos.
¿Cómo sería ahora? ¿Qué si Camila no hubiese inventado a Nina? Las dos estarían solteras. La antigua atracción aún permanecía allí. Eso fue evidente desde el baile, el beso en el ascensor, las miradas entre ellas. Siendo solteras, ¿habría entonces alguna razón por la que no deberían explorar la atracción adulta que sentían?
No.
Saltó del flotador y cayó en el agua, hundiéndose bajo la superficie. No, la única cosa que les detenía era Nina, su novia imaginaria. En el ascensor pudo notar, en la vacilación de
Lauren, que ella estaba considerando el hecho de que Camila estaba involucrada con alguien. Pero aun así, ellas no pudieron resistirse a un beso.

Lauren paseó sin rumbo por el salón de la tía Valentina, esperando mientras su tía se vestía para el almuerzo. Lauren la estaba llevando a uno de los nuevos restaurantes que se habían abierto en el lado norte de la ciudad. Era martes y había decidido que había sido demasiado ambicioso cuando le dijo que iba a pasar la semana en Calloway. Se dio cuenta de que ella y la tía Valentina se comunicaban mucho mejor por teléfono que en persona ¿Y por qué no? Esa había sido su relación desde que se había mudado de Calloway hace veinte años, a excepción de un
puñado de veces, la última había sido el funeral de su padre. Después de dos días, el esfuerzo, por parte de las dos, para mantenerse entretenidas había alcanzado nuevas alturas

AMOR EN ESPERAWhere stories live. Discover now