Clubes

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❝It's time to begin, isn't it?❞

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A la mañana siguiente, y para sorpresa de Ricardo Gambino, todos sus "hijos" estaban en la planta baja, vestidos y arreglados. La frase en sí misma le hizo gracia, ya que lo hacía sonar como el padre de familia de niños de 8 años y no de 18, 19, 20 y 22, respectivamente.

Su esposa, con ayuda de Gustabo, estaban ocupados en la cocina, preparando lo que parecían ser panes con mantequilla, salsa de tomate, tortilla de huevo con verduras y leche con chocolate. Típico desayuno español, o, mejor dicho, de Cataluña. Ambos Omegas tenían una barra de pan en una mano a modo de micrófono, mientras cantaban.

Y no lo entiendo, fue tan efímero. ¡El caminar de tu dedo en mi espalda dibujando un corazón!

Y pido al cieloooo —secundó el más joven, haciendo sonar las notas que salían de su boca de forma impecable— que sepa comprender, estos ataques de celos que me entran si yo no te vuelvo a ver...

—Presta atención, gaznápiro. ¡Se te está quemando el pan! —regañó Toni, echándole la culpa, cuando en realidad, se le estaba quemando a él por estar revisando su celular y perderse en el tiempo que era prudente dejarlo para dorarse.

—Mis huevos, a mí no se me está quemando nada —replicó, apuntándole con el pan como si fuese un objeto cortopunzante—. A menos que sea yo. Paso que voy ardiendo. ¡Díselo, Horacio!

—Es verdad, estoy de testigo.

—¡Ja! ¡Chúpamela!

—Él siempre va a estar de tu lado, no es una opinión imparcial.

María los ignoró, terminando de servir y empujándolos al comedor para que se apuraran.

—Largo de la cocina, peleas afuera —regañó, pellizcándoles el hombro para volver a la alacena por más platos.

La mesa de vidrio que compartían era redonda, así que era imposible que nadie estuviera a la cabecera; fue idea de la Omega al ver tantos conflictos de poder absurdos entre los Alfas mayores. El puesto que eligió Ricardo, fue en medio de su esposa y su hijo menor, Horacio.

Justo en su línea de enfrente, se encontraba Carlo.

—Buenos días.

—¿Qué hay?

—M-hm.

Su relación con sus hijos a veces parecía girar en torno a la comida. Las veces que tenía libre para estar con ellos se reducían al desayuno, algunas veces la cena, fines de semana, asuetos... El tema es que últimamente sólo podía sentirlos cerca cuando todos estaban ahí, en paz.

Hermanos CaóticosWhere stories live. Discover now