XII

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𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 1881 —𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚, 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐔𝐧𝐢𝐝𝐨

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𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 1881 —𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚, 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐔𝐧𝐢𝐝𝐨

    El día de la noticia claramente no le vino bien a Lauren a pesar de que ella estaba enterada desde el día anterior. Y tener que pretender que no pasaba nada porque claramente tenía que actuar con normalidad como todos los demás sirvientes, era un peso en sus hombros que necesariamente tenía que cargar.

    Pero por otra parte también, lo pesado y agotador del trabajo sumado a que tanto ella como Frizzy habían de duplicar su eficiencia durante los días que quedaban hasta el lunes para dejar todo listo para poder hacer aquel cambio de puestos y así regresar a la cocina nuevamente después de tantos meses.

    Aún faltaba bastante para la llegada de la familia Skrlova. Pero eso no quitaba que los preparativos se den con anticipación. Haciendo que para los sirvientes de cualquier sección, cualquier trabajo y cualquier función, el trabajo se les multiplique aún más. Peor aún para los jefes de sección, que habían de coordinar primero entre ellos, con la familia real y con todas las personas a cargo minuciosamente y pasó por paso cada detalle a realizar para no cometer ni el mínimo error.

    Y eso llevaba tiempo también.

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    Desire y Amy se enteraron de que Lauren y Frizzy volverían a la cocina. Y a pesar de lo buena que era la noticia, no podían evitar sentirse tristes también. Porque claramente en todos esos meses se habían vuelto más cercanas de lo que eran en un pasado.

    De todas formas, como las lindas personas que eran. Ayudaron a Frizzy y a Lauren con la terrible sobrecarga de trabajo que recaía en ellas más que en cualquier otro sirviente, ya que claramente tenían que dejar miles de cosas listas antes de irse.

    Lauren se sintió muy agradecida con su gesto, más aún por el hecho de que a ella se le estaba haciendo más difícil por tener la mano herida. Con las quemaduras del día anterior y claramente un dolor constante al hacer algún esfuerzo que exigía más movilidad de la que podía tener.

    Respecto a ese detalle, hizo todo lo que Rose le había indicado hacer. Ir a la enfermería durante un par de días más para que le cambien las vendas y puedan ponerle el ungüento. Y después de que el ungüento y que regresar a la enfermería no fue necesario. Siguió usando las vendas para proteger la herida que aún debía terminar de sanar.

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    Felizmente y algo que agradeció fue que en ningún momento de esos en los que regresó a interiores de castillo por la enfermería, no se encontró con el príncipe otra vez. Sería demasiada mala suerte en poco tiempo o una especie de maldición. Que gracias a Dios no sucedió. 

❛²❜⸙ 𝐑𝐎𝐘𝐀𝐋 | 𝔗𝔥𝔬𝔪𝔞𝔰 𝔅𝔯𝔬𝔡𝔦𝔢-𝔖𝔞𝔫𝔤𝔰𝔱𝔢𝔯 (✓)Where stories live. Discover now