IX

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𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 1881—𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚, 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐔𝐧𝐢𝐝𝐨

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𝐋𝐨𝐧𝐝𝐫𝐞𝐬, 1881—𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚, 𝐑𝐞𝐢𝐧𝐨 𝐔𝐧𝐢𝐝𝐨

    Para colmo Lauren no pudo trabajar bien por lo de su mano. Y porque la derecha no tenía tanta fuerza y comodidad como la izquierda. Porque era su mano dominante, con la mano con la que escribía.

    Y sea bueno o malo, eso no importó mucho al fin y al cabo. La mente de Lauren estaba dando vueltas en otras cosas y ya estaba llena de estrés, enojo y confusión como para que algo más entre.

    Su mente tenía la imagen del príncipe sentado a su lado en la enfermería siendo la persona tan dulce que siempre era. Con esa sonrisa tan linda que tenía.

    Las palabras de Rose, retumbaban también. Eran muchas cosas que podían o no podían estar pasando. Muchas opiniones y muchos sentimientos. Las noticias oficiales ya se darían pronto, ahí tal vez todo quede un poco más claro de cierta manera.

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    Nadie más que Frizzy se animaba a hablar con Lauren de tanto en tanto. Como una manera de brindar un poco de ánimo, al menos intentarlo a pesar de aún ambas no hayan hablado. Cuando lo hagan, Frizzy ya podría saber mejor cómo apoyarla.

    Necesariamente, por la limitación de la mano herida de Lauren. No pudo hacer las cosas en un tiempo eficaz, ni en una excelencia completa. Lo que también era frustrante en varios sentidos, pero ante eso no podía sobreexigirse. Hizo todo lo que pudo, pero claramente demoró más tiempo.

    Desire y Amy decidieron no decir nada tampoco. Porque podían ser amigas, pero también sabían que Lauren no iba a desear que nadie le hable. Que Frizzy lo hacía por valiente, pero que era mejor evitar eso. No a todo el mundo le gusta que le hablen cuando esta de mal ánimo, y había que ser comprensivo de las diferentes reacciones que podían tener las personas.

    Aún así decidieron apoyar a Lauren con la ropa que a ella le faltaba a modo de levantar el ánimo de lo que sea que la haya hecho sentir mal, sin la necesidad de hablar con ella, porque sabían que no iba a querer responderles. Lauren se los agradeció sinceramente. A ella le quedaba una cantidad mayor de ropa que tenía que completar en un tiempo más reducido, objetivo que no podía cumplir al cien por ciento por el dolor que su mano izquierda a pesar de vendada seguía teniendo.

    Gracias a eso, la jornada pudo terminar sin que algo haya quedado hecho a medias. Una vez más Lauren se los agradeció, haciendo lo mejor por dejar de lado todo su mal humor, para ser congruente y agradecida con el buen gesto que habían tenido con ella a pesar de verla con ese terrible humor.

    Se preguntó también si Frizzy les había dicho que ahora iban a volver a la cocina. Desire y Amy habían estado con ellas desde que llegaron a lavanderia, y si llegaron a ser muy buenas amigas. De alguna forma, también sería triste dejarlas ahí.

❛²❜⸙ 𝐑𝐎𝐘𝐀𝐋 | 𝔗𝔥𝔬𝔪𝔞𝔰 𝔅𝔯𝔬𝔡𝔦𝔢-𝔖𝔞𝔫𝔤𝔰𝔱𝔢𝔯 (✓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora