Bad Girl

No es un buen título, pero va, hice este one-shot, como agradecimiento por aquellas chicas que han votado y leído mis fanfics, les agradezco mucho, me levantaron los ánimos también.

Naruto y sus personajes son obra de Masashi Kishimoto, este fanfic es mío, de mi imaginación.

Advertencia: contenido lemon o para adultos, si no es de tu agrado, eres libre de no leer.

Bad Girl.

Él era el chico malo.

Ella la chica buena.

Él era de clase media, de aquellos que se les consideraba unos pobres diablos y debían trabajar para sobrevivir.

Y ella la típica chica rica, la que le pide todo a papi sin la necesidad de moverse. No necesitaba mover ni un solo músculo para tener todo. Pero ¿Y si la chica buena, en realidad era mala? Mala, niña mala, sería castigada por papá si se enteraba de su relación clandestina con ese pobre diablo. Pero no le importaría, ella seguiría siendo desobediente si papi se enterase.

Se suponía que debía de juntarse con los de su clase, debía salir a los antros más caros y refinados, aquellos donde los jóvenes de su edad se reunían, para quizá hablar de los nuevos regalos que sus padres le obsequiaron, o quizá a la playa turística a la que fueron el fin de semana. Pero ella no quería eso, no quería saber nada de los chismes de los tontos niñitos ricos de papi- aunque ella también era hija de un riquillo, consentida y que desde que estuvo en pañales comía en charola de plata.- le parecían muy estúpidos.

El sumbido de la música a alto volumen en aquel antro de cuarta, era bastante fuerte, la melodía pegajosa y sexual, era un llamado para los demás, como un llamado de la selva.

Y ella hacía caso a aquél llamado.

Caminó con pasos seguros a la pista de baile, su blusas roja con su falda de cuero negro y zapatos de tacón alto; la hacían lucir coqueta, sensual y sexy, sus ropas se moldeaban a su figura, como una segunda piel. Comenzó a mover su cuerpo al ritmo de la música, sus pasos no eran para nada inocentes, movimiento de caderas, mordiéndose el labio como si tratara de evitar algo. Sus pechos de tamaño perfecto en ese escote sexy llamaban la atención de los hombres. En especial la de uno.

Aquel chico malo.

Ese de mirada como la de un felino, ese chico malo que la tenía loca, de clase media, el que debía ser llamado un pobre diablo y esclavo de los ricos y que solo debía soñar a aspirar estar en un lugar alto. El que tenía una moto y lo hacía ver más salvaje. Tenía toda la apariencia de un pobre hombre de esa clase que no debe mezclarse con ella.

Pero ella no podía evitarle, todo de él la llamaba desde la primera vez que lo vio en ese sitio de mal gusto, la primera vez que ella se atrevió a romper las reglas de los estándares sociales.