Unas cuantas islas...

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Nos separamos para ir a la mesa y miré a Lyra, quien estaba algo extraña.

–¿Estás bien?– pregunté poniendo mi mano en su hombro y suspiró.

–Me cuesta creer que esto es real...– dijo con los ojos llorosos y acerqué mi silla a ella para abrazarla.

–Pequeña– apoyé su cabeza en mi pecho –Nunca dejaré que te vuelvan a dañar ni que te sientas sola– besé su cabeza –Sé que es difícil adaptarse, pero te prometo que pronto sentirás que esta casa es tu hogar– nos separamos y me sonrió limpiando las lágrimas que estaban en su rostro.

–¿Qué quieres hacer hoy? Las grabaciones de atrasaron y comienzan la próxima semana, así que tenemos tiempo libre– sonrió

–Lo que ustedes quieran– me serví un pancake, le puse miel y con las frutas hice una forma de corazón para luego dárselo a Katie, me sonrió ampliamente y mordió su labio.

–Te amo– besó mi mejilla y luego miré a Lyra.

–¿Quieres uno también?– asintió y sentí la mirada de mi esposa, la miré extrañada y luego reí –Yo también te amo– le di un beso y me siguió mirando mal –Hey– hice un puchero –Sabes que te amo– rió asintiendo.

–Que no se repita– sonreí comenzando a prepararle el pancake a Lyra, se lo di y me dio las gracias dejando un beso en mi mejilla.

–¿Te gustan los juegos de mesa, rompecabezas y esas cosas?– pregunté mirando a la pequeña y asintió –¿Te gustaría que compre algunos?– asintió nuevamente ya que tenía la boca llena.

–Está muy rico– dijo luego de tragar.

–Sí mi amor, están deliciosos– añadió mi esposa y sonreí.

–Gracias– dije feliz –Pediré algunos juegos– tomé mi celular y entré al catálogo de una tienda para hacer un pedido –¿Quieres algo?– miré a Lyra y negó –¿Segura? Puedes pedirme lo que quieras...¿Quieres una isla?– un arándano me golpeó la cara y miré a Katie.

–Ups– sonreí tomando la fruta para devolvérsela –¡Oye!– me tiró un trozo de banana y reí.

–¡Kashy!– nos reímos ya que quedó pegado en mi frente.

–Deja de insinuar que quieres una isla– hice un puchero.

–¿Quieres una isla?– Lyra asintió riéndose y Katie suspiró –Tendré que comprarla, Lyra la quiere– negó.

–Me enojaré– hice un puchero.

–Pero Kashy– miró mis labios.

–Nada de Kashy, no me convencerás– pinchó el pedazo de plátano en mi frente en su tenedor y luego lo llevó a su boca.

Seguimos comiendo sin dejar de reírnos mientras pedía algunas cosas para la casa. Como yo había hecho el desayuno, Lyra llevó las cosas a la cocina y Katie las lavó.

Unas horas después, mientras jugaba videojuegos con Lyra, escuchamos golpes en la puerta y Katie sacó la vista de su libro para mirarme, suspiró riendo al ver que no me levantaría y fue ella.

Perdí contra la pequeña y me crucé de brazos, se rió e hice un puchero.

–¡_____!– miré en dirección a la puerta y Katie entró con dos bolsas grandes en las manos, mientras el repartidos la seguía con dos más, las dejaron en el piso y Katie le dio una propina. Se retiró y el suspiro de mi esposa me hizo mirar a Lyra.

–Fue un gusto haberte conocido– le susurré a la niña y miré a Katie, levantándome para caminar hacia ella.

–_____...– sonreí.

Lugar de paz -KATIE MCGRATH Y TÚ-Where stories live. Discover now