Close to you [You #1] - ( ☑️COMPLETA)

Capítulo 28

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Leire

El patio ha sido decorado con varias cadenas de luces que brindan con la suficiente iluminación para que se pueda transitar sin problemas.

Las largas mesas están abastecidas de comida de todo tipo de gusto, hay tantos adornos caros por todas partes, han colocado un camino de lámparas en el suelo para guiar el camino hacia el patio trasero donde se desarrollará la reunión, incluso han traído dos esculturas de hielo seco para acompañar la velada.

El lugar se ve realmente bien, para quienes han venido antes será obvio que tratan de impresionar a los invitados especiales, la familia O'Neill.

Me he decidido por un vestido negro de mangas transparentes con puntos, no estoy de humor ni tengo ganas de estar presente, pero ya me he metido en problemas suficientes como para replicar una vez más.

Los camareros se dispersan para atender a todas las parejas o familias que entran. Lander se ha adelantado a recibir y saludar a los invitados, pero estoy segura de que solo lo ha hecho para ir comiendo de a pocos los aperitivos sin que se den cuenta.

No tengo opción y aun así trato de inhalar y exhalar pausadamente, dándome fuerzas para aparentar que todo esto me importa, que la pareja O'Neill son grandes socios y que tengo que agradarles a un más por la oportunidad en la universidad, que no quiero ni la carrera que deseo.

Mis zapatos altos resuenan cuando Peter me hace una indicación de que es momento de salir.

No veo a Bendt por ningún lado y por un momento cruzo los dedos para que no llegue. No es que no lo quiero cerca, es que sé que mamá no lo ha invitado con buenas intenciones, solo espero que nada malo salga de aquí ni tampoco quiero involucrarlo en problemas.

— Leire, pero mira que guapa estás. — una de las vecinas se acerca a saludarme con gesto desdeñoso.

— Muchas gracias, ese vestido amarillo le queda de maravilla. — le devuelvo el saludo esperando terminar tan rápido como vino para irme a otro lado.

No es cierto, parece un resaltador andante.

Una vez me recalca que por tercera vez que su hijo está disponible me despido con un gesto a lo lejos.

Le regreso el saludo a un par de personas más que se concentran más en las agradables melodías de las artistas clásicas que tocan con sus violines. Luego encuentro a Lan quien termina una tartaleta de dos bocados.

— Hermanita, creí que nunca bajarías.

— Y yo creí que no te acabarías solo toda la comida.

— Hay que aprovechar que los viejos están concentrados conversando. — toma animadamente un par de alitas y se las lleva a la boca.

— Subirás de peso.