Capítulo 15

7.7K 602 157
                                    

Va y ven - Tainy, Yandel.

Hoy es sábado

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Hoy es sábado. Lo único malo con que sea sábado, es que tengo por hacer mil trabajos y proyectos de la universidad.

Desde muy temprano la he pasado sentada en el escritorio trabajando en mi computadora portátil, leyendo algunos libros de texto porque a muchos maestros les gusta hacernos sufrir. Son tan jodidamente inteligentes que saben que esa información no se encuentra con facilidad en Google, solo en los libros de quinientas páginas que nos obligan a cargar en la mochila.

Olvidando el tema de la universidad y enfocándonos en Jayson; cenemos juntos, eso es todo. Él se va a su empresa, yo a la universidad y, con ello, ya no nos volvemos a ver en todo el día más que en la noche. No intercambiamos muchas palabras, lo cual agradezco porque no quiero tener más conflictos con él. Son suficientes con los que tenemos.

He jurado que le iba a decir todo lo malo que hiciera a mis padres, pero, al parecer, no les ha dicho absolutamente nada.

¿Qué tanto quiere sufrir para por fin enfadarse conmigo y mandarme de regreso a Vancouver?

¿Saben lo más irracional de todo? Ya no quiero causarle más problemas. Lo sé, ni yo lo puedo creer. Jamás imaginé que eso vendría a mi mente.

Hmm, ¿será por qué te gusta el hombre? No sé, piénsalo y después me dices.

Ugh, no te hagas ilusiones, conciencia.

Dejo caer mi frente al escritorio. Entre la universidad y Jayson me frustran.

Levanto mi cabeza para sobar mi frente con la yema de mis dedos. Por unos segundos me quedo atorada observando la pantalla de mi computadora, luego la cierro al igual que mis libros. Mañana voy a continuar trabajando.

Estiro los brazos hacia el techo, causando que los huesos se truenan. Muevo mi cuello de un hombro al otro y también truenan.

Satisfacción pura.

Me levanto de la silla y, entonces, noto el dolor en mi espalda. Apenas soy consciente del estrés que cargaba en mi cuerpo. Tampoco es algo de impresionarse, siempre me pasa lo mismo cuando paso muchas horas sentada haciendo trabajos. No entiendo como las personas que trabajan en oficinas pueden aguantar tanta inmovilidad. A mí me pone ansiosa estar quieta en un solo lugar.

Como no tengo nada más que hacer, voy a la primera planta para ir al patio a olvidarme del estrés que tengo.

—¿Adónde vas?— esa voz inglesa inunda mis oídos.

Suelto la manija y me giro—. Pensé que estarías trabajando.

—Estaba muy estresado, así que decidí regresar a casa.

—Oh. Iba a dar un paseo por el patio— señalo con mi dedo la puerta principal.

—Te acompaño, sirve de distracción— camina hacia mí. No soy tan grosera como para decirle que no venga. Además, ese no es el caso, sí quiero su compañía.

¡Ey! Es Un Amor Entre Nosotros (3 °) ©Where stories live. Discover now