Jayson Thomas, un hombre reconocido en el Reino Unido, queda encantado con una chica de cabellos rubios después de su segundo reencuentro.
Lea Morgan, es una chica con todos los sinónimos de ''problema''. Es por ello que su padre se ve obligado a m...
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Finalmente es sábado y estoy preparada para llevar a cabo la primera fase de mi plan maligno.
El señor Thomas ni sus luces, tal parece que tampoco vendrá a dormir hoy. Y, bueno, espero que nunca ponga pie en casa porque no quiero levantar sospechas de mi repentina desaparición.
Guardo la ropa que voy a usar para la fiesta en la mochila, junto a mi maquillaje y mis tenis bonitos pero cualquiera por si es que a alguien se le ocurre vomitar en dirección a mis pies. Ni de loca voy a portar vestido, aparte, no creo que vayan a vestirse tan formal con eso de que es una fiesta para celebrar el inicio del torneo. Que bueno porque así no ocupo esforzar mucho para verme bien si terminaré peor que un poodle empapado.
Reviso la hora y marca pasadas las diez de la noche. No falta mucho para que Jackie mande un mensaje anunciando que ya está esperando por mí.
Mientras espero el mensaje, decido acomodar las almohadas y cubrirlas con la sábana, de forma que haga parecer como si estuviera dormida cubierta de pies a cabeza.
—Esto ya quedó— digo viendo mi obra maestra.
Les dije que soy inteligente.
Pego un respingo tras escuchar un ruido proveniente de abajo. Al parecer el señor Thomas ya llego a casita.
Cierro la puerta lo más cuidadosa que puedo, apago la luz y me tiro debajo de la cama apretando la mochila contra mi pecho.
Escucho a lo lejos sus zapatos resonar contra las escaleras. Conforme se va acercando, los zapatos suenan más y más hasta que la puerta de mi recámara se abre. Yo cubro la boca intentando no hacer ruido. Pasan alrededor de quince segundos antes de que vuelva a cerrar la puerta.
Fiiuuuu, nos libramos del señor tomate.
Espero unos cuantos minutos más tirada. No vaya a ser que se le ocurra regresar y me cache a punto de escapar por la ventana.
Es mi celular quien me señala que es suficiente de esconderme.
"Ya estoy afuera". - Jackie.
Desbloqueo mi celular para contestar.
"Dame diez minutos. Necesito liberarme del señor Thomas". - Lea.
"Te espero el tiempo necesario" - Jackie.
Salgo debajo de la cama jalando mi mochila. Camino a la ventana y la abro súper despacio, aún así hace un chillido que me alerta y me incita a suplicar a cualquier Dios que solo se escuche el ruido en mi recámara.
Lo primero que dejo caer en cuanto la ventana está abierta completamente, es mi mochila. Después atravieso el rectángulo ancho, pasado de mi recámara hacia la rama del árbol. Antes de continuar con mi misión imposible, me aseguro de cerrar la ventana otra vez.
