Venganza

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Jaden Tremblay

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Jaden Tremblay

He llamado a Erik y me comentó que Adam y Kaira fueron liberados bajo fianza.

No podía creerlo.

Le pedí a Erik que me averiguara donde está y me pidió que no hiciera nada, pero le insistí y finalmente me ayudó, justo ahora voy en mi auto, con la mirada en frente y sintiendo que explotaré dentro de nada.

Fredd está muerto.

Asesinaron a mi mejor amiga, a mi mejor amigo... ya no lo aguanto. Ya no puedo con todo esto, necesito vengarme, necesito hacer algo. Ya no puedo quedarme sentado viendo como se salen con la suya.

Fredd era demasiado bueno. Demasiado, demasiado ingenuo, creía en las personas, él... creía en mi y en lo que yo podría hacer. Fredd tenía un futuro brillante con la editorial... Dios, trabajó tanto en ese lugar, amaba la editorial con su vida y puso todo de su esfuerzo para ver a Fredden Editorial convertirse en algo grande. Tenía un futuro con Peter... él se merecía todo lo que la vida pudiera darle y aún así quedaría en deuda con él.

Mi hermano...

¿Qué voy a hacer ahora? ¿A quién voy a llamar cuando necesite un consejo? ¿Quién me va a hablar durante horas de temas sin sentido? 

Voy a hacer que Adam se arrepienta de todo y luego iré por Verónica.

Llego a la bodega y me bajo del auto con un bolso grande, quito el arma de mi bolsillo trasero y disparo a la puerta bastantes veces, luego con un empujón esta cae.

—Jaden— se atraviesa Kaira, Adam está detrás, mirándome con odio.

—Kaira, quítate. Justo hoy no eres mi objetivo, pero puedo cambiar eso. Mató a Fredd y me conoces, no me voy a detener, así que como ya eres una experta en ser una cobarde, hazte a un puto lado y largo de aquí.

Mi mirada se mantiene en Adam, pero de reojo noto los nervios de Kaira, ella decide irse del lugar, tal como supuse que haría.

Adam saca el arma de sus vaqueros y se acerca a mi para dispararme, pero me agacho esquivando la bala antes de que esta saliera y me pongo en pie de inmediato, lo golpeo fuertemente en el brazo, tomo su arma en mi mano y lo golpeo con ella a un lado de la cabeza, él cae al suelo adolorido.

—Tu estuviste involucrado en la muerte de Abby, ¿Cierto?— pregunto comenzando a caminar, se queda en silencio— Y ahora en la de Fredd. Christian me envió fotos de como la torturaron. Debería hacer lo mismo contigo, ¿No? Debería dispararte justo en el corazón para que sientas lo mismo que él.

Adam intenta ponerse en pie, pero le disparo en el brazo.

—Debería atarte a una silla como lo hicieron con Abby y golpearte hasta morir.

—Hijo de puta— susurra adolorido.

Doblo mis rodillas para quedar más cerca del suelo.

—No tanto como tu, pero si. O también podría... incendiar este lugar. ¿Has escuchado que morir quemado es una de las muertes más desesperantes que existen? Quemarse vivo... sentir como cada célula de tu cuerpo se incendia... debe ser horrible.

Tose un poco y sale sangre de su boca.

—Debí asesinarte en cuanto te atreviste a tocarla— le digo, esta vez refiriéndome a Jess. 

Tengo demasiada rabia acumulada hacia este tipo, la muerte de Fredd fue la gota que rebasó el vaso, se merece lo peor. La muerte más desesperante, merece sufrir y suplicar por piedad. Arrepentirse de haberme quitado a mis mejores amigos, a mi familia.

—Ahora hablas de Jessie...— dice adolorido, me pongo en pie y le disparo el otro brazo.

—No le digas así.

—Seré un hijo de puta, pero logré quitarte a Abby, a Fredd y estuve con tu chica. 

Mis dientes se tensan, al igual que mi mandíbula y me giro a verlo.

Asiento— Tienes razón.

Saco unas cadenas que estaban encima de un mueble y las ato a sus muñecas, luego estas las llevo a una biga de metal que sostiene el techo de la bodega, dejándolo sin escapatoria.

—¿Qué haces?— pregunta asustado, intenta moverse, pero debido a las balas en sus brazos y su dolor no puede hacerlo. Lo tomo con brusquedad mientras lo encadeno y suelta un grito de dolor.

—Te golpearía hasta morir, pero me da asco ensuciarme las manos contigo.

Del bolso que traje saco la gasolina y la esparzo por el lugar.

—No... no, no. ¡Perdón!

También le echo gasolina a él, lanzo el tarro vacío, luego saco un cigarrillo y un encendedor, lo enciendo y le doy una calda.

Le disparo una última vez, cerca del corazón. No quiero que muera rápido, quiero sienta desesperación.

Lanzo el encendedor, le doy una última mirada a Adam y sus ojos están inyectados en terror. 

—Suerte ardiendo en el infierno— suelto esas últimas palabras y me alejo del lugar fumando mi cigarrillo mientras esa bodega se incendia y de fondo se escuchan los gritos de desesperación de Adam.

Nuestra Debilidad || #3 Trilogía NOSOTROSWhere stories live. Discover now