Nuestra Debilidad || #3 Trilogía NOSOTROS

Hermanos

Jaden Tremblay

Estoy sentado en un sofá mientras Jess juega con la niña demonio. 

—¡Llévame en caballito!— le pide la niña a mi novia, Jess la mira triste.

—Lo siento, no puedo.

—¿Por qué?

—Dame tu mano— le pide y la niña le da su pequeña mano casi de inmediato, Jess la lleva a su vientre— Tengo un bebé aquí y está un poco enfermo, para cuidarlo no puedo moverme mucho ni hacer mucha fuerza.

—¿Ahí adentro?— pregunta impresionada, Jess asiente— ¿Cómo un bebé cabe ahí?

—Es que es muy pequeñito, del tamaño de un frijol.

—¿Y va a crecer?

—Si, claro.

—¿Y si tu eres mi hermana, qué sería él?

—Tu serías su tía.

—¡Seré la mejor tía del mundo! Lo primero que haré será enseñarle a jugar con mis muñecos de Ladybug y Cat Noir.

Me distraigo cuando me llega un mensaje al teléfono.

Nataly: Tenemos otros problemas. Bueno, tienes.

Yo: ¿Qué pasó ahora?

Nataly: Cuando tu y el policía infiltrado hicieron tratos para robarle hombres a Verónica, al no existir ninguna otra red de narcotraficantes los arruinaron dejándolos con dinero invertido que ustedes prometieron que les devolverían. Están muy molestos. Contigo y con tu amigo el policía.

Yo: Mierda. Bueno, gracias por avisarme.

Nataly: Ten cuidado.

Lanzo el teléfono a un lado del sofá y afirmo mi cabeza al respaldo del sofá. Recontra mierda.

—¿Todo bien?— pregunta Jess, bajo la mirada a ella y suelto un suspiro.

Asiento— Si, tengo que hacer una llamada.

Me pongo en pie y subo al segundo piso hasta la habitación antigua de Jess, ahí de inmediato le marco a Erik.

—¿Qué pasa? ¿Todo bien en ese pueblo de mala muerte?— pregunta divertido, pero no estoy de humor.

—¿Recuerdas todos los socios que le quitamos a Verónica prometiéndoles que los haríamos ganar más que ella?

—Mierda.

—Están enojados.

—Escucha... tiene solución. Hablaré con mis jefes de la policía y los encarcelaremos.

—Como si fuera tan fácil...

—Déjalo en mis manos.

—Eh... no.