—Vamos, Jaden. Tu ya tienes otro tema del que preocuparte.

Frunzo el ceño— ¿Cómo lo sabes?

—Aún tengo amigos en el negocio que me comentaron del nuevo gran mafioso jefe de la red de narcotraficante más grande de América, un tal... Jaden. 

—Tenía planes de que tu tomaras ese puesto.

—Si, lo sé. Si quieres puedo ayudarte, aunque no sé como.

—No... tengo a alguien en la mira que creo que si llega a tomar el mando no me asesinaría, porque si pongo a cualquiera probablemente me obligue a quedarme.

—Si, es que para odiar tanto el oficio eres un narco bastante bueno.

—Okay, Erik, supongo que deberías tener cuidado. Ayer por la noche han tirado una roca por la ventana de la casa con un papel envuelto.

—¿Un papel envuelto? ¿Decía algo?

—Un número. 1074883.

—Hm... no se me ocurre qué podría significar.

—Ni a mi.

—No crees que sea dinero, ¿O si?

—Sería demasiado.

—No lo sé, Jaden... en el mundo de los narcos se mueve muchísimo dinero.

—Lo sé, pero... ¿No crees que habrían dejado una cuenta para transferir o algo así?

—Tal vez... es muy extraño.

—Si, lo es.

—¡Jaden!— grita Jess de afuera de la habitación.

—Espera un segundo— le digo Erik y salgo de la habitación para encontrarme a Jess y de su mano a la pequeña endemoniada.—¿Qué?

—Quiere ir al parque de diversiones— dice Jess, niego con la cabeza.

—Ni de coña.

—Vamos, Jaden, mira su carita— dice Jess y la niña me hace un puchero con sus labios, entrecierro mis ojos.—Por favor, solo será un rato.

Suelto un suspiro. Me pregunto cuando llegará el día en el que le diga que no a Jess en algo.

—Bien— digo finalmente y la niña salta de alegría.

Llevo el teléfono a mi oreja.

—Luego hablamos.— le digo a Erik.

—Bien, intentaré resolver el tema.

—Bien.

* * *

Es buena— dice Fredd mientras caminamos a un par de metros atrás de Jess, Peter y la niña.—Con los niños, digo.

Asiento— Si, lo es.

—Tu también vas a serlo.

Suelto una risa— Si, claro. Y niño, en individual, no en plural, no lo invoques.

—Si, claro, con lo tranquilos que son sexualmente hablando seguro se queda en uno.

—Cállate.

—Jaden... Jess está embarazada y su hijo está creciendo dentro de ella, es común que sienta antes que tu ese... "sentido materno"— dice haciendo comillas con sus dedos— Pero créeme que cuando lo veas y lo tomes en tus brazos todo va a cobrar sentido. 

Asiento cabizbajo— Si, seguro.

—Te empeñas en verte a ti mismo como el Jaden narcotraficante que asesinaba sin piedad, pero no te das cuenta que ya no eres ese tipo. Lejos estás de serlo de nuevo y sinceramente tengo la teoría de que nunca lo fuiste.

Nuestra Debilidad || #3 Trilogía NOSOTROSOù les histoires vivent. Découvrez maintenant