Capítulo 24: '¿Qué haces aquí?'

465 22 10
                                    

Anna's POV

Mis ojos se abren y todo cesa, llevo días intentado que esos sueños desparezcan de mi cabeza y dejen de atormentarme, pero no lo hacen, ocupan la mayor parte de mis sueños y no creo que dejen de hacerlo durante una larga temporada.

Harry ha estado presente cada día desde entonces, ha dormido en mi cama entre caricias y besos desesperados, ha estado junto a mí, los dos solos entre sábanas suaves y colchones gastados, pero al amanecer todo se evapora, nada existe, él desaparece cada noche.

Expiro y suelto un suspiro mientras alzo la vista y miro a mi alrededor. Todo sigue igual que ayer, igual de desordenado, insignificante y catastrófico.

Después de todo había olvidado donde me encontraba.

Mi dormitorio. Lo mejor de éste mi cama. Siempre me ha gustado estar en la cama durante horas, incluso de día, con las sábanas subidas hasta la barbilla. Ahí se está bien, nunca ocurre nada, no hay gente, no hay nada.

Estaba en casa.

Estiro mi cuerpo aún en la cama para desentumecerlo, y deslizo mis pies desnudos sobre el cálido colchón hasta el frío suelo. Éste hace que una pequeña descarga llegue a mi cuerpo y me obligue a ponerme las zapatillas. Me incorporo y miro el reloj antes de pasarme las manos por mi cara aún dormida. Las diez. Hay que levantarse.

Entro en la cocina y una luz cegadora entra por la gran ventana, haciendo que mis ojos se acostumbren lentamente al clima de esa mañana. Hace un día precioso, las calles se llenan de familias que disfrutan tranquilamente del sábado, los bares, ajetreados, sirven ricos desayunos y las vecinas cotillean sobre nuevos rumores de balcón a balcón.

Un gran día para estar en casa, otra vez.

Saco dos rebanadas de pan y las meto en la tostadora, justo cuando mi madre entra en la habitación.

'Buenos días.' Digo con una sonrisa.

'Buenos días, cariño.' Dice ella mientras frota sus ojos con las manos hasta que se acostumbran a la cálida luz. '¿Que tienes planeado hacer hoy?' Añade mientras coge una taza para prepararse un café con leche. Nuestras mañanas son rutinarias, siempre desayunamos lo mismo, dos rebanadas de pan acompañadas con mermelada de fresa y complementadas con una buena taza de café o té a elegir.

'Nada, mamá, no quiero ir a ningún sitio.' Admito. Posiblemente sea la décima vez que mi madre oiga esa frase durante las dos últimas semanas pero no me importa, estaré bien mientras no intente que cambie de opinión.

'No puedes quedarte en casa, Anna, llevas semanas sin salir. Tal vez podrías llamar a Carmen, sabes que ha llamado mil veces.' Mierda.

'Lo se y lo agradezco, pero no tengo ganas.' Salgo en mi defensa. El teléfono no ha dejado de sonar, se que es mi mejor amiga, y que se preocupa por mí pero no me apetece salir a ninguna parte y ella cuando comprenda porqué estoy así me entenderá. Lo se.

'Anna, ¿ha pasado algo últimamente?'

'No ha pasado nada.' El timbre de la tostadora me alarma y mi cuerpo da un pequeño saltito. Seguidamente saco las tostadas y meto dos más para mi madre.

'Te conozco y tu no eres así, cariño, deberías salir y disfrutar del día.'

'Mamá...' Le lanzo una mirada fulminante para que deje el tema, pero se que no va a parar, nunca lo hace.

'Mamá no, si ha pasado algo necesito que me lo cuentes, esto no es normal en ti.'

'Tal vez la llame.' Suelto de sopetón. Se que no va a parar, mi madre es así, hasta que no conoce todos los detalles de lo ocurrido no cesa, y se que la única manera de que deje de investigar porqué mi conducta está alterada últimamente es hacer lo que ella dice.

IMAGINATORID.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora