CAPÍTULO 33

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La necesidad de una aparición

—¿Maggie no se ha despegado del puesto desde ayer?— digo en un tono de voz contrito sentándome en la silla preocupada por ella.

Toco mi herida por encima del suéter de lana delgada color azul marino que tengo puesto arriba de mi playera de manga corta color negra. Rick se mete una cucharada de avena hecha por mí esta mañana a la boca para desayunar y tratar de empezar un día difícil gracias a la horda que sigue afuera. Rasco la punta de la nariz viendo su playera blanca perfectamente limpia.

—No— confirma él.

—¿Crees que es necesario hacer algo por ella? La gente empieza a poner los nombres de la gente que perdimos y está el de Glenn. Me molesta que esté su nombre cuando no sabemos con exactitud lo que ha pasado con él — se detiene en comer por mis palabras mirando la silla de enfrente y niega al instante. Mi expresión cambia a una de angustia por lo siguiente que voy a preguntar —¿Crees que Glenn está muerto?

Desde ayer mi cabeza me ha repetido una y otra vez que él está bien porque es bueno sobreviviendo, pero al recordar que decía que este lugar era seguro y recopilar todas las cosas que han sucedido me hace perder la esperanza. Esta mañana al ver el nombre de mi amigo escrito en el muro me hace sentir mal, no puedo imaginar la angustia que está sintiendo Maggie en estos momentos.

Miro a Rick para esperar respuesta de él. Niega por segunda vez regresando la mirada a su plato concentrado en el desayuno.

Está inseguro. Puedo reconocer ese rostro. Es la misma expresión que cuando le pregunté si los chícharos estaban bien plantados y él solo quería preguntarle a Hershel para después volverlos a plantar correctamente. Todavía no la olvido.

Muevo la cabeza tratando de convencerme que no solo el asiático está bien, también Daryl, Sasha y Abraham, también Enid y sorpresivamente Celeste.

Melody baja las escaleras con Judith en brazos. Tiene puesto todavía su shorts para dormir junto con una playera que claramente no es de ella, sino de Michonne. Los dos guardamos silencio dispuestos a dejar está charla a un lado para no preocupar a la pelirroja.

Sería un pésimo tema para iniciar el día.

Finjo una sonrisa y saludo a ambas, me levanto de mi lugar y le picó la cabeza a Judith leve para molestarla mientras paso a la cocina y servirme de ese desayuno por tercera vez. Escucho la cuchara sonar contra el plato y regreso ver al hombre castaño, se levanta de la silla preparándose a iniciar su día.

Los caminantes siguen afuera, así que tiene que pensar, planear y atacar. Fácil de decirlo, difícil en seguirlo.

Se despide de las dos moviendo la cabeza, en cambio, con su hija se despide de un beso en la cabeza y sale de la casa. Chasqueo la lengua al solo imaginar estar en su lugar y sentir esa presión.

La cabeza me estallaría de estrés. No soy buena dirigiendo a un grupo y menos una comunidad.

Camino de vuelta a mi amiga y dejo el plato todavía vacío en la barra de mármol, cargo a Judith en mis brazos y la sacudo con suavidad, pero el dolor leve me hace detenerme y hago una mueca de disgusto. La pelirroja aprovecha para ir a la cocina y servirse el desayuno. Solo hay avena mal hecha que sabe bien de mi parte, pues Carol y Chelín este día no han entrado ni a la cocina como toda las mañanas y tampoco mi padre.

•𝐒𝐎𝐋𝐎 𝐂𝐎𝐍𝐅𝐢́𝐀• || CARL GRIMES || [TWD]                 Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum