10

513 78 74
                                    

Caminaba de un lado a otro mientras mordía mis uñas, cosa que dejaba de hacer cuando me daba cuenta de que lo estaba haciendo. Esperaba de pie frente a mi puerta con un aerosol y las manos temblorosas, sintiéndome desesperado por tener la mascarilla puesta ya que me estaba ahogando un poco.

El timbre me hizo tragar saliva, y abrí rápidamente, viendo a George utilizando un pijama de dinosaurio de cuerpo completo, una mascarilla, y las bolsas que le rogué se pusiera en los pies cuando viniera.

—¡Llegó tu mejor amigo! —antes de que se lanzara a mis brazos, utilicé el aerosol como mecanismo de defensa, lanzandolo en casi todo su cuerpo.— ¡Ay!

—Lo lamento Geo, primero te desinfectas, luego veré si me siento listo para abrazarte. —él bufó, mientras que giraba en su lugar para yo rociarlo.

Mi mejor amigo se quitó las bolsas antes de entrar, y caminó en dirección a la cocina, pero en el trayecto chocó con Mike, y negué en desaprobación en cuanto mi hermano se lanzó a sus brazos, y se dieron palmadas como unos completos simios el uno al otro, diciendo cosas que no podía oír.

—¡Te extrañé mucho mocoso! —tosí falsamente ante las palabras de George, y me quité la mascarilla.

—¡Y yo a ti! Tenemos muchas cosas de qué hablar, sobre todo de Paul y mi maestro. —bufé al oírlo.

—Estoy aquí y los oigo, ¿se dieron cuenta? —ellos rieron.

Esperé a mi mejor amigo de pie en el pasillo mientras se deshacía de las bolsas, y regresó a la sala metiendo su mascarilla de tela en su bolsillo, extendiendo sus brazos exageradamente abiertos en mi dirección. Yo esquivé el contacto deslizando un pie hacia mi costado, sonriendo cuando se quejó.

—Oh vamos, ¿un abracito? George quiere un abrazo de su mejor amigo porque no ha sido abrazado desde hace dos semanas y un día por su culpa. —lo miré incrédulo.

—Tú aceptaste las condiciones, no me eches la culpa. —pasé mi mano por mi rostro en cuanto abultó su labio inferior.

—Abrázame. —pidió.

—Está bien. —accedí, viéndolo sonreír en grande.

George se lanzó sobre mí, haciéndome perder el equilibrio, pero logré estabilizarme de inmediato. Sus brazos me presionaban con tanta fuerza que reí de manera inevitable, y es que una de sus piernas también se había subido a mi cuerpo, él realmente había intentado colgarse sobre mí. Finalmente opté por rodear su cuerpo también, sonriendo cuando se metió en mi cuello y su cabello me picó.

—Te extrañé mucho. —murmuró, alargando la última vocal.

—Yo también... —confesé.

Ante cualquier par de ojos quizás nos veíamos ridículos, pero no todos podrían llegar a entender lo que esto significaba para nosotros. Hoy había dado un nuevo paso, y eso me ponía demasiado feliz, finalmente había podido abrazar a mi mejor amigo, aunque eso hubiese significado dejarlo en una pequeña cuarentena completamente aislado, pero ahora estábamos abrazandonos, sin mascarillas ni bobos trajes de astronautas.

—Oye... —oí su voz, y nos alejamos lentamente.

Sonreí al ver sus ojos cristalizados, pero estaba bastante alegre.

—Dime. —supe de inmediato que comenzaría a hablar sobre mi vecino en cuanto rió bajito, como si planeara algo.

—Quiero que me cuentes todo sobre John. —suspiré.

—Ya casi estamos en verano y viniste con ese pijama, ¿no tienes calor?—quise bromear, intentando cambiar el tema, pero mi amigo se mantuvo serio.

don't touch me ; mclennonWhere stories live. Discover now