🐇(𝟎𝟖)

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¡Contenido extremadamente sensible!
Mención de: abuso infantil, violación, secuestro y muerte.

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Números, letras, signos, símbolos y demás se mostraban en la pantalla táctil frente a él, los responsables de esto eran sus falanges que velozmente se pulsaban a la velocidad de la luz para crear códigos y descriptar archivos confidenciales, los cuales eran transcendentales descifrarlos y obtenerlos lo más rápido imposible.

El lujo de pestañear era su enemigo, pues si lo hacía perdería todos los datos que, con mucho esfuerzo, obtuvo. No desperdiciaría todas esas horas que estuvo ahí parado sólo por las ganas de parpadear y detenerse un rato a respirar tranquilo y tomarse un cafecito, pero no. No podía. Su deber era ese: conseguir archivos que no aparecían en el sistema policíaco para que sí aparecieran en el sistema policíaco.

Un sonidito emitió aquella computadora de tecnología avanzada de tres plasmas táctiles de ochenta y cinco pulgadas abarcando casi toda una pared entera, fue como la mejor melodía que pudo haber oído nunca y finalmente supo que sus esfuerzos continuos no fueron en vano.

──¡Sí!──Exclamó emocionado──¡Sí, sí, sí! ¡Lo logré! ¡Soy un maldito genio!──Sonrió botando el aire, estaba satisfecho y hasta podía respirar tranquilo.

──¿Qué lograste?

Pegó un grito agudo que cualquiera fácilmente lo podría catalogar como femenino, cuando su hermano y compañero de trabajo apareció mágicamente detrás suyo, causando que después de su grito se tirara al piso del susto.

──¡Maldición, San! ¿Qué demonios te pasa?

El nombrado elevó una ceja sonriéndole burlón al que estaba en el suelo y con la mano en el pecho──¿Acaso tienes problemas, Woonnie?

──¡Cierra la boca!──Masculló el apodado. El contrario mientras reía le extendió su mano libre para ayudarlo a reincorporarse y con la otra le ofrecía una taza mediana con café entreverado sin azúcar como le gustaba.

──Lo siento por asustarte, vine para traerte esto──Explicó además de dar una disculpa, mostrando una de sus sonrisas que también marcaban sus hermosos hoyuelitos y achinaban sus ojos jade.

──Mmm──Wooyoung gruñó pero aceptó la taza humeante con un atrayente y fuerte aroma. Pegó los labios en el borde de la porcelana y sorbió emitiendo un sonido de gusto por el café puro y caliente deslizándose por su garganta.──¡Qué rico! Muchas gracias, Sannie. Y está bien, ¡pero a la próxima avisa, tonto!

──No lo creo, es más divertido asustarte y verte caer al suelo como idiota──Bromeó San riéndose y se rió aún más cuando su hermano menor le golpeó el hombro con poca fuerza muy ofendido con su comentario.──Ya, no te molestes, hermanito, sólo bromeo contigo──Le rodeó los hombros con un brazo y lo atrajo en un abrazo fraternal.──Ahora, ¿me vas a decir qué hacías, niño?

──Estaba...

Iba a responderle a su hermano mayor de no ser porque fue interrumpido cuando otro de sus compañeros entró al cuarto, vistiendo como un maldito Kingsman como siempre con su cabello castaño brillando y unos lentes reposando en el puente de su nariz, cargando una tableta en una mano y un puntero mitad negro y mitad dorado en la otra. Veía el aparato y garabateaba en él mientras se acercaba a ellos luciendo serio y algo furioso, murmurando inentendiblemente entre dientes y arrugando la nariz provocando que sus lentes bajaran levemente y lo hiciera regresarlos devuelta como estaban.

──Hola, Yun, ¿qué pasó? ¿Y esa cara de amargado?──San quería aligerar la tensión que se asentó en cuanto Yunho cruzó el umbral, lanzando una bromita al alzar, pero su simple bromita nadie le hizo caso.

𝐂𝐇𝐄𝐎𝐍𝐒𝐀, 𝐂𝐇𝐄𝐎𝐍𝐒𝐀 [RESUBIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora