🐇(𝟎𝟔)

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No fue extenso el tiempo que tardó Seonghwa en ser recibido por un cuerpecito con orejas, el que correteó cruzando por toda la sala, hasta llegar a él en cuanto entró por el pórtico y cerró la puerta pasándole seguro. Se había agachado para tomarlo en brazos y cargarlo, abrazándolo con fuerza y siendo abrazado devuelta con desesperación y ahínco.

──Hola, mi bebé, hola──Plantaba besos en el cuello de su conejito. Lo oía gimotear y ronronear como siempre, restregaba la mejillita en su hombro para olfatear su aroma y sentir su calor, de hecho, los dos sentían su calor, reconfortante, similar a un sedante para apaciguarlos.

Aquel restriego de Yeosang pasó a ser lamidas suyas en el cuello y mejilla izquierda de su dueño, bastantes veces, lo había extrañado y era como marcar territorio e impregnarle su olor propio, a pesar de que Seonghwa olía a chocolate siempre y parecía ser su olor natural, se preguntaba si eso podía ser posible.

──Sí, bebé, lo sé, lo sé──El pelinegro avanzó hasta el mueble, teniendo cuidado con los objetos que usaba Yeosang con el Just Dance y que estaban regados en la alfombra. Se sentó y lo posó en su regazo colocando sus piernitas a cada lado de su cintura.──Yo también te extrañé mucho... ¿Me dejas ver tu hermosa carita?

El híbrido se alejó sólo un poquito para que pudiera apreciarlo, acarició sus mejillas delicadamente y con parsimonía, rozando los pulgares en sus pómulos y todo su contorno facial, reaccionó dócil y sintió como se recostaba en su palma derecha.

──¿Cómo estás, mi Cheonsa?──Rozó su nariz con la ajena que se arrugó por las cosquillitas.

──Estoy bien, Hwa──El menor se acostó en la curvatura del cuello de su dueño, entreabrió la boquita y comenzó a lamer la piel mientras ronroneaba gustoso por el sabor salado.

──¿Te divertiste bailando?──Preguntó el de oscuros cabellos cerrando los ojos y recostando la cabeza en el respaldar del mueble al sentir la lengua del menor en su cuello. Rascó su nuca y direccionó la mano libre hasta su retaguardia para jugar con su pomposa colita que extrañamente estaba quieta.

──Yes... Pe-pero d-después me cansé, iba-iba a bañarme cuando llamaste y se m-me olvidó──Balbuceó el híbrido por enredarse con algunas palabras que decía, por lo que hizo un pucherito al equivocarse.

──Por lo menos hiciste un poco de ejercicio, bien hecho, mi conejito──Seonghwa lo elogió y ronroneó alto, sonriendo complacido.──Debes estar cansado, ¿tienes hambre?

──Nop──Le contestó sacudiendo su cabecita. Se separó para mirarlo y se relamió los labios sintiendo lo salado en su lengüita.──Hi-hice una torta, Hwa──Su comentario hizo que sus orejas, ansiosas, se pegaran y despegaran con rapidez.

──¿De verdad?──El moreno subió las cejas impresionado, porque Yeosang había hecho tortas en cuatro oportunidades.

La primera torta fue de un piso, de chocolate derretido en baño maría y decorado con fresas frescas y crema chantillí.

La segunda fue de un piso también, una torta de crema de leche con esencia de vainilla, decorada con rayado de coco y una lluvia de chispitas de colores.

La tercera fue tipo Pie, hecho de limón, con crema batida y decorado con ralladura de limón.

La última fue una monstruosa torta de dos pisos de zanahoria y sólo zanahoria.

Se vio obligado a comer una porción, opinando que estaba increíblemente deliciosa cuando era todo lo contrario, pero no quería lastimar el corazoncito de su conejito, así que tuvo que decirle una mentira pequeñita para que no se sintiera mal.

𝐂𝐇𝐄𝐎𝐍𝐒𝐀, 𝐂𝐇𝐄𝐎𝐍𝐒𝐀 [RESUBIENDO]Where stories live. Discover now