-Así que... ustedes dos son... ¿amigos?
Kyle desvió la mirada a todos lados, evitando encontrar la de Dylan.
-No estoy en contra, pero saben que es una locura, ¿verdad? Tú, Dylan, eres literalmente todo lo que representa al lado norte y tú, Kyle, p...
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Kyle
Había pasado solo un día del accidente y Kyle no había pegado ojo en todo aquel tiempo. Acompañó a Dylan al hospital durante toda la noche, en donde se reunieron tanto los padres de la chica, Trevor y sus padres. Los de Dylan aparentemente se habían ido ese mismo día y aunque el chico los llamó miles de veces, no contestaron hasta la madrugada, cuando ya se encontraban en su destino. Y, por lo que entendió, no había modo que pudieran regresar durante esos días, pero harían el intento.
Después del hospital, Dylan se fue con Trevor y el castaño solo le dijo que lo llamaría a la mañana siguiente. Lo hizo, pero solo para avisarle que estaba de regreso en casa, aunque después volvería a irse. A Kyle eso no le importó, llegó tan rápido como pudo a la casa del chico. A pesar de que se sentía como un acosador, estuvo al lado de su amigo todo el día, solo para asegurarse que estuviera bien.
Y claro que no lo estaba.
Nadie lo estaba.
Kyle tuvo que ir a casa por ropa, pero regresó rápido. No fue hasta últimas horas de la tarde en que ambos se encaminaron en el Jeep al cementerio.
Baverly no lo había logrado.
A pesar de que los paramédicos habían actuado rápido, sus heridas habían sido muy graves y los cirujanos no pudieron hacer mucho por ella, aunque la chica sí había luchado. Su cuerpo, por el otro lado, simplemente no pudo mantenerse.
Kyle se había mantenido apartado de la familia de Baverly. A pesar de que en las últimas tres semanas había logrado mantener una buena relación con la rubia, no se sentía en derecho de ser parte del dolor de sus padres y sus amigos. Sin embargo, no podía negar que había aprovechado sus momentos a solas durante toda la noche para soltar las lágrimas. No se conocían bien, pero había sido la chica quien le hizo ver que tal vez no todo estaba perdido, fue ella quien le hizo darse cuenta que no tenía que estar solo si no lo deseaba. Le había enseñado mucho en muy poco tiempo.
Por lo que había logrado escuchar en la sala de espera, al parecer a Baverly se le había desmayado mientras conducía. Luego dieron los hechos del accidente. El auto había chocado contra un poste, pero al mantener el acelerador presionado, este dio varias vueltas por el impulso. Había quedado demasiado dañado y para la policía no fue extraño que terminara en tragedia debido a la gravedad del choque.
Todos estaban desconsolados.
Con Trevor no había tenido oportunidad de hablar, pero había estado con Dylan todo el día, quien se había sentido incapaz para conducir, así que dejó que el de ojos verdes lo llevara a hacer las vueltas para los arreglos del funeral. Y se veía devastado. Roto. El dolor que desprendía era demasiado como para resumirlo en una sola palabra. En un par de ocasiones, incluso había tenido que ayudarlo a levantarse del suelo, considerando que parecía ser el único con las fuerzas suficientes para hacerlo.
