Tiempo de incertidumbre

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Dylan 

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Dylan 


Dos semanas y al castaño le costaba un mundo dejar de ver aquellas fotografías de Kyle en su galería y abstenerse de enviarle un mensaje. Las cosas habían marchado bien, dadas las circunstancias, pero aún invertía demasiado tiempo de sus noches de insomnio pensando en el chico. Sabía que iba a ser difícil, pero no se había dado cuenta de cuánto. 

El lunes después de haber rechazado a lo mejor que le pudo haber pasado en su joven vida, se encontró con sus dos amigos cerca de su casillero, quienes habían estado esperándolo debido a que no tuvieron noticias de su amigo ese fin de semana. En la mañana, Dylan se había despertado con aquella terrible inquietud de que sus amigos se apartaran de él por cómo había sido su actitud, pero cuando lo vieron acercarse, parecían felices de volver a verlo. 

—De acuerdo, antes que digan nada, les debo una disculpa —les había dicho una vez los tuvo en frente—. Sé que en los últimos... bueno, en el último mes, no he sido de lo más agradable. Sé que pude haber llegado a un límite, pero prometo que todo eso terminó. No diré que estoy bien, porque no lo estoy, pero lo estaré. Aunque me cueste un mundo.

Y hasta entonces, había mantenido su promesa. Había hecho de todo para intentar sentirse mejor y sus amigos lo habían apoyado en todo.

El enojo con su mejor amiga había desaparecido rápido. Dylan estaba seguro que Baverly solo había querido lo mejor para él y estaba dispuesto a dejar todo lo sucedido de aquel viernes atrás.

—Sabemos que han sido unos días duros, Dylan y no tienes que disculparte por nada —le había dicho con una sonrisa cálida en el rostro.

—Lo que dice, Bailey, amigo. Te entendemos —añadió Trevor—. Tener el corazón roto no es nada fácil.

–¡Trevor! —lo reprendió su amiga. 

Eso hizo reír un poco a Dylan. Al menos sus amigos no habían cambiado.

—No, Baverly, lo que dice Trevor es cierto —admitió—. Estoy hecho pedazos, pero sé que puedo superarlo. Hablé con Kyle y creo que por fin podemos dejar todo este drama afuera.

En ese momento no tuvo que explicarle nada a sus amigos, aunque sí les había contado toda la historia ese día en el almuerzo. Sin embargo, luego de eso, prefirió no seguir hablando del asunto. Estaba seguro que ellos ya no querían escuchar más sobre su drama con el de ojos verdes. 

—En serio lo sentimos, Dyl —dijo Trevor ese día en el almuerzo, después de que Dylan terminara su historia—. Kyle era lo máximo.

—Trevor —volvió a llamarle la atención su amiga, pero Dylan entendía el punto del chico. 

Aunque había tenido el apoyo de sus amigos y su convicción de olvidarse de Kyle seguía en pie, Dylan no podía dejar de sentirse extraño durante esas dos semanas. Era decir, había recuperado su rutina, lo cual no le molestaba tanto. Prácticas de lacrosse en la mañana y en la tarde, las típicas mini discusiones y miradas asesinas de Murphy durante la escuela, sesiones de estudio con Baverly los martes y jueves, almuerzo con sus dos amigos...

The CrashWhere stories live. Discover now