Escondite

1.9K 230 72
                                    

Varios días después el mayordomo de la prestigiosa mansión Phantohmhive en la habitación de su amo arreglaba algunos de sus trajes en una maleta, al hacerlo no dejaba de pensar en como sus planes habían cambiado tan repentinamente aunque no solo eran sus planes sino la vida también.

—Todo esto es por tu culpa.

Refunfuñando el demonio decía al pequeño que se movía en su interior, podía percibir como estaba más grande sin duda alguna toda la energía que le absorbía lo ayudaba a crecer. Era por ese desarrollo que se veían obligados a irse lejos de la mansión unas semanas pues ya su estado era más notorio.

—Papá, tú lo besaste, yo no... —Esa vocecita le refutó en tono desafiante al oír esa queja constante de su progenitor.

Sebastian hacia una mueca de dolor al sentir como sus entrañas se removían  con ese niño berrinchudo dentro suyo que se movía con fuerza, confirmando así que era digno hijo de su odioso joven amo.

—Yo no lo besé, solo rozamos nuestros labios fui obligado a hacerlo solo para que no se muriera, así que deja de decir tonterías.

Molesto el demonio le recriminó ante esa estúpida acusación, el conde entró a su habitación interrumpiendo una de esas tantas discusiones de los dos; debía admitir que le daba un poco de celos ya no ser el que fastidiara de esa manera a su mayordomo.

—¿Peleando de nuevo? —Ciel le cuestionó con una sonrisa burlona.

—Este niño me molesta, sin duda alguna es su hijo.

—Viniendo de ti eso es un halago. —El joven conde con una jactanciosa sonrisa se acercaba— ¿Ya tienes listo todo para irnos? 

—Ya dejé las indicaciones debidas a los sirvientes, roguemos que al regresar encontremos todavía la mansión. Solo me falta arreglar estos trajes en la maleta y podremos partir cuando usted ordene.

—Esperemos encontrar mansión al regresar sino ¿Dónde criaremos a nuestro hijo? —El malhumorado mayordomo hacía otra mueca al sentir como ese niño nuevamente se movía con fuerza ahora estaba feliz por escuchar a Ciel hablar de esa manera.

—Lo hace a propósito ¿Verdad? Hablar de esa forma casi cariñosa para que este mocoso se emocione y me brinque en las entrañas.

—Para nada... Yo siempre soy cariñoso...

Sonreía travieso el conde al decir esas sarcásticas palabras entonces sintió como su demonio inesperadamente  lo tomaba de la mano para atraerlo a su cuerpo, no sabía como reaccionar en respuesta solo se sonrojó.

—Si eres tan cariñoso... ¿Por qué te tensas con una simple cercanía? —De forma desafiante y burlona Sebastian le insinuaba.

Si había algo que Ciel odiara era un desafío cargado de burla aún más si esto venía de su odioso mayordomo, así que en un impulso aprovechando esa cercanía enredó torpemente sus brazos a su cintura, abrazo que sorprendió a quien lo daba y recibía.

—Él te quiere... —El pequeño le decía en un susurro sorprendentemente no se alborotó sino que quieto se quedó por ese contacto entre sus padres, era la primera vez que se abrazaban.

—¿Qué hace joven amo? Esto es un poco incómodo —Sebastian murmuró al sentir ese inesperado abrazo ignoraba la insinuación de ese celestino niño, Ciel con su usual jactancia levantó la mirada.

—Te muestro lo cariñoso que soy...

—Esa mirada quita todo lo cariñoso que podría tener este forzado abrazo.

Incómodos los dos se separaron con una forzada sonrisa marcada en sus labios ocultando el extraño sentir que les invadía, disimulando esa incomodidad que les hacia sentir nerviosos reciprocamente.

Regalo Perfecto حيث تعيش القصص. اكتشف الآن