Cuervo albino •EliteCraft•

XV

Pasaron algunos minutos antes de que el más joven pudiese calmarse, Killer había esperado pacientemente regalando ocasionalmente algunas palabras en un intento de conseguir que el menor se sintiese comprendido.

Cuando el menor se separó de la protección que habían proveído las alas del mayor, se sintió repentinamente avergonzado, su mirada se encontraba en tonos rojizos gracias a las lágrimas, se preguntó internamente si había hecho bien en hablar sobre aquello.

—Conter— Había llamado aun con un tono cauteloso, temiendo que el menor se cerrase en banda— ¿Cómo llegaste aquí?— Espero que aquellas palabras no cohibieran al menor—

—Yo no soy de este distrito— Había mencionado con la voz algo rasposa— Lo último que recuerdo fue que me golpearon porque robe algo— Bajo la mirada inquieto—

—Yo tampoco soy de este distrito— había mencionado mientras hacia conjeturas sobre el menor— Digamos que Rich me encontró y me persiguió hasta que no tuve más remedio que aceptarlo—

—¿Es cierto que esta era la casa de Rich antes?— Los grandes orbes azul cielo lo veían con curiosidad—

—¿Él te lo ha dicho?— Ante el asentimiento solo bufo— Si es un bocazas, pero sí, vivíamos junto a su hermano— Una serie de agradables recuerdos acudieron a su ente, aunque los aparto—

—¿Rich tenía un hermano?— El más alto asintió— ¿Cómo te encontraron?— El menor temía preguntar demasiado y que su protector se sintiese incómodo—

—Estaba herido— Murmuro en un tono bajo— aunque estuve escapando de él por semanas consiguió encontrarme, su hermano era mucho más agradable por cierto— Había añadido, recordando como el azabache lo persiguio, lo cual ocasiono una pequeña sonrisa en el menor, quien conociendo la relación de los mayores podía imaginarlo—

—¿Y qué paso con él?— Pregunto temeroso, si fuese otro cuervo no le había tomado mayor importancia, e incluso habría esperado su muerte, pero siendo alguien con quien había empatizado como con Rich no quería que hubiese sufrido—

—Después de algunos años donde nos cuidó a ambos, se fue con su pandilla— El infante soltó un suspiro, par ellos el poder formar una pandilla era tan raro que casi había olvidado que era común entre los cuervos—

Se mantuvieron algunos segundos en silencio, cuando el menor sintió la repentina necesidad de contar lo que sabía de su pasado, nervioso comenzó a revolverse, el mayor quien le tenía cerca había sentido los espasmos nerviosos del más joven, por lo que intento confortarlo cubriéndolo con sus alas una vez más.

—¿Pasa algo?— Pregunto confundido—

—Mi madre intento asesinarme— Había murmurado rápidamente, casi temeroso de que aquellas palabras saliesen de su boca—

—¿Qué?— El albino espero haber escuchado mal mientras el más joven solamente se acurrucaba intentando esconderse entre sus alas—

—No lo recuerdo bien— Seguía susurrando— Pero oí hablar de esto a quienes me cuidaron por algún tiempo— Había comenzado a temblar— Dijeron que conocían a mi madre y que era sabido que intento asesinarme, pero no pudo, por eso me dejo en las calles para morir—

Entonces la realidad lo golpeo, había oído hablar de aquella especie de piedad retorcida que ejercían las desafortunadas madres de un cuervo albino, casi como si fuese un instinto, acababan con las vidas de los débiles y eran aclamadas por ello, sintió ganas de vomitar ante tan enfermiza imagen.

Pero entonces su mente capto otro detalle, había mencionado que había sido cuidado, sopeso las opciones y decidió preguntar a pesar del temblor que lo recorría violentamente.