VIII

423 64 23
                                    

Los días que compartían después de aquel suceso seguían la misma rutina, ninguno había vuelto a tocar el tema, siendo que el más joven lo había olvidado y el mayor simplemente suponía que no debía quejar al pequeño con sus dudas.

Rápidamente el más alto había conseguido adaptarse a tener al pequeño en su vida, tampoco era como si fuese demasiado molesto, podía continuar con su habitual tranquilidad, exceptuando con los contados días que debía trabajar, sus ingresos muchas veces se encontraban por debajo de la media pero le era suficiente para él solo, aunque su preocupación había aumentado al ver como sus ahorros comenzaban a escasear con rapidez.

Suspiro derrotado, debería encontrar una manera de obtener más ingresos o de lo contrario tendría que conseguir otro empleo, lo cual no lo emocionaba precisamente.

Su trabajo no era algo extraordinario, de hecho lo había conseguido de una manera peculiar, tenía apenas 16 años y cansado de vivir de la caridad que le ofrecía el hermano de Rich, decidió salir a buscar un empleo, no contaba con que sería interceptado por una joven señorita con apenas un par de años más que él y que en lugar del asco habitual, parecía sentir fascinación por su especie.

—¡Hola! ¿Disculpa pero podrías hablar conmigo?— Lo había abordado en medio de la calle y a pesar de sobrepasarla en altura se sintió ciertamente intimidado—Oh lo siento, no debí hacer eso—Se disculpó al notar la mueca en el rostro del más alto—

—Ah sí, no pasa nada—Murmuro aun confundido por lo que comenzaba a acontecer—

—Entonces por favor acompáñame—Exclamo con una sonrisa mientras ingresaba a un local de flores–Esta es mi tienda, ven por favor—Aun cauteloso y sin más opción simplemente le siguió—

—¿Hice algo?—Menciono rápidamente el albino, causando confusión en la joven de cabellos oscuros—

—No, no para nada—Respondió tranquilamente—Te debe resultar extraño, pero—Un leve rubor tiño las mejillas de la contraria—Cuando ayudaba a mi madre solía verte caminar por aquí y me interesas bastante—

–¿Interés?—Fue lo único que pudo responder mientras veía a la más baja moverse por el lugar—

—No había visto antes a un albino y quiero saber más de ti— Entonces dejo una taza con te humeante frente al albino—Si no te incomoda, claro, si lo hace, lo siento mucho—

El albino quiso responder con algún insulto, por supuesto que le incomodaba, había sido marginado sin un motivo más que el clasismo y las historias que habían sucedido generación tras generación, sonando tan ridículas como lo sería un cuento infantil, pero al notar la cálida sonrisa de la joven y recordando su decisión sobre ser mejor que aquellos que le insultaban, decidió confiar, recordando que aun habían personas sin estigmas como lo eran Rich y su hermano.

—Lo es, pero podría hacerlo—Respondió, sin saber si había hecho lo correcto, aunque rápidamente noto que así era al ver como su mirada parecía iluminarse y sus alas revoloteaban—

—¡Muchas gracias!—Sus alas se expandieron casi por inercia y rápidamente las escondió, algo avergonzada al ver algunas pluma caer- Me llamo Cecililla.—

Fue especialmente cuidadosa, intentando no incomodar al albino y también dejando notar su clara fascinación, por su parte el más alto se limitó a responder con calma las preguntas, cuando comenzaba a oscurecer con una disculpa tuvo que retirarse, no sin antes recibir la invitación a volver a charlar.

Tras algunos días, el albino decidió volver a la florería se asomó sutilmente sobre una de las ventanas, encontró a Cecililla atendiendo a algunos clientes, por lo que simplemente espero a que aquellos clientes se marcharan, intentando no molestar.

Cuervo albino •EliteCraft•Where stories live. Discover now