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Abrió lentamente los parpados, era consciente de la pesadez que estos presentaban, aun aturdido volteo la mirada, reconoció rápidamente el lugar en el que se encontraba, tras algunos segundos en los cuales todas las sensaciones acudieron a su cuerpo, sintió el leve peso de un pañuelo sobre su frente.

Con cuidado se irguió mientras escudriñaba el lugar en busca de su salvador y del pequeño que había encontrado, esperando que aun siguiese con vida en aquellas deplorables condiciones, un deje de molestia aun persistía en su garganta, volvió a caer sobre el lecho siendo atosigado por los mareos.

—¿Cómo te sientes?— La voz conocida se escuchó desde las espaldas del albino—

—Como la mismísima mierda— Respondió aun con la voz rasposa, incluso hablar le provocaba dolor—¿Cómo me encontraste?-

—Comenzó a nevar y  fui en tu búsqueda, supuse que algo así podría pasar, conozco tus caminatas nocturnas—

—Vaya mierda— tosió ligeramente antes de continuar— Gracias Rich—

—No es nada— Sonrió mientras se dirigía hacia otra cama en la cual Killer no había reparado— Tu pequeño amigo sí que es fuerte, aunque aún no despierta creo que ha pasado lo peor—

—Lo encontré, realmente creí que no lo lograría— Tomó un pequeño descanso- incluso pensé que estaba delirando—

—Ah, tan positivo como siempre— Suspiro divertido el azabache—

El albino no respondió, fijo su mirada en el pequeño, viéndose reflejado en él, como un habito que tenía dirigió su mirada a las alas que aún se mantenían plegadas en la espalda de Rich, casi doblaban el tamaño y el volumen de las de Killer, de un color tan oscuro como una noche sin estrellas.

No dijo mucho más, mientras cerraba los ojos, podía oír el movimiento que generaba Rich mientras se movía por toda la habitación, lo considero hasta cierto punto relajante, sintió que podría volver a dormir con tranquilidad para recuperarse al punto de poder volver a ser autosuficiente.

Mas cualquier atisbo de somnolencia había desaparecido tras oír una débil tos acompañada de sollozos proferidos por una infantil voz, el azabache se había apresurado para atender al pequeño albino que parecía cada vez más sofocado.

Killer había intentado llegar con el más joven, sin embargo había caído torpemente aun con los miembros entumecidos, aun algo mareado se acercó a donde el azabache intentaba asistir al infante, se veía a si mismo reflejado en el pequeño, tomo con desesperación la tela del yukata que vestía Rich, sintiendo la impotencia al no poder ayudar al pequeño.

Tras algunos minutos el más pequeño logro calmar los ataques que tenía, lagrimas caían de su mirada de color cielo, la fiebre había vuelto lo cual mantenía a ambos jóvenes ocupados, cuidando rudimentariamente del pequeño.

Mientras el pequeño albino descansaba, ambos jóvenes tomaban un descanso, el albino mayor se encontraba mentalmente agotado, no podía siquiera pasar un solo bocado, su mente había estado sometida a una preocupación constante, demasiados sentimientos se encontraban en su cabeza.

Le era casi imposible no recordar su propia historia, era allí donde se veía en distintos conflictos, la aversión que sentían hacia las excepciones como eran ellos, todo el maltrato que recibían constantemente, además del destino solitario al cual parecían destinados.

Envuelto en sus pensamientos, había estado ignorando completamente a lo que el azabache le había estado comentando, había salido de su estupor al sentir como un pequeño guisante golpeaba su mejilla, dirigió su mirada al que había lanzado el pequeño proyectil.

—Deja de comerte la cabeza- Tenia una sonrisa en el rostro— Él va a estar bien—

—Lo sé— Se encogió de hombros pensando la respuesta— Es solo que no sé muy bien qué hacer cuando el despierte—

—Tienes razón, es algo que me tiene curioso— Cambio su postura, adoptando una mucho menos estática— ¿Por qué lo has hecho? No es algo propio de ti—

—No lo sé, estaba a punto de morir así que lo vi y pensé "Ostia nadie merece morir solo, así que nos hacemos compañía mutua" yo que sé, es apenas un crio— Finalizo dirigiendo su mirada a la cama donde descansaba el pequeño—

—De cualquier manera, ahora tendrás una pequeña compañía revoloteando a tu alrededor— Bromeo el azabache mientras acariciaba sutilmente las alas del albino intentando relajar los tensos hombros.—

—Para— Se quejó el más alto, una sonrisa traviesa se asomó en los labios del azabache— Son sensibles—

—Es por eso que lo hago— Canturreo mientras el albino suspiraba, a sabiendas de que no podría escapar de las atenciones del más bajo—

Mantuvieron aquella posición durante algunos minutos, en los cuales el albino se iba encorvando sobre la mesa, hasta que al tocar la firmeza del mueble y con las atentas caricias que estaban recibiendo sus delicadas alas cayo dormido.

El azabache sonrió mientras lo cubría con una ligera manta, volteo a ver al pequeño que se encontraba con el ceño fruncido aun en sueños, suavemente quito algunos mechones que habían quedado pegados a su piel gracias al sudor que perlaba su piel debido a la temperatura que lo atosigaba.

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—Supongo que le recordabas a el mismo—El sentimiento de nostalgia lo invadió rápidamente— Vas a cambiar muchas cosas en él—

Cuervo albino •EliteCraft•Where stories live. Discover now