CASADA CON KIM TAEHYUNG | KTH | saga #3

cinco

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capitulo cinco

No se como es que estoy aquí, no se porque soy alguien tan demasiado débil en este aspecto, mi madre sabe perfecto que no quería venir pero aquí estoy porque no puedo decirle que no a la madre de Taehyung, no quiero ser grosera pero creo que ya es necesario ser lo.

Ambas charlan amistosas, no se que rayos dicen de los vecinos de las otras haciendas. No me interesa saber si la mujer ya tiene a otro hombre, yo quiero que la tierra me trague.

Han pasado solo cuatro días de aquella vez en casa de Taehyung, su padre mejoro, solo que le es recomendable más reposo y menos preocupaciones, pero imposible si tiene un hijo vago, Taehyung debe pensar más en su padre, creo yo.

Mis ojos observan el lugar al que llegamos. No se como describir lo que siento, no encuentro palabras. Los vestidos blancos, color hueso, nude, están en la vitrina y puedo ver muchísimos más dentro aun sin entrar. Me han traído a comprar el vestido de novia.

Parece que mis padres ya quieren deshacerse de mi, eso duele.

Insisto en que no hay prisa, pero no se porque hacen esto como si alguien los fuera correteando, algo deben tener detrás de esto, aunque pueden ser ideas mías.

Podría fingir un desmayo, o que el vientre me duele para irme a casa. Lo que me impide hacerlo es una madre demasiado estricta y que me conoce perfecto, si antes no me puso una correa para tenerme como perro lado a ella todo el día. Aquello no me sorprendería.

— ¡Dios mío! ¡Pero mira que hermosos vestidos Hyun Mi! -dice con emoción la señora Kim- ¡Pero si te veras hermosa de blanco!

Intento sonreír pero no me sale.

Mirando los ojos brillantes de la señora Kim puedo darme cuenta que quizá más de obligarnos, quiere ver a su hijo casado formando una familia. Lo entiendo, quiero tener hijos y que ellos también lleguen a formar una familia, pero claro que yo no haría algo como esto, porque no es mi vida.

— Entremos, y más te vale no salir con una de tus cosas. -dice regañona cuando la señora entra- Vamos.

Del brazo me adentra, voy a pasos lentos, mirando los inmensos vestidos, en maniquíes y colgados de las barras. Si, son hermosos, pero ninguno es para mi en este momento. Incluso me impresiona que me hayan traído aquí, no dudo que hubiesen escogido el vestido sin mi consentimiento como han planeado mi vida.

El nudo en mi garganta me hace sentir peor. Me imaginaba viniendo con mis amigas, gente que me ama por mi vestido, no así, a regañadientes.

— Muéstrenos todos los vestidos, mi nuera debe encontrar el perfecto para el día de su boda. -dice a la mujer que va ayudarnos el día de hoy-

— Claro, ¿no tienes alguna preferencia? -me mira- ¿Corte de sirena? ¿Estilo princesa? ¿Encaje?

Solo negué. Hizo una reverencia y fue por algunos vestidos. Estoy sentada ya dentro de un vestidor, es muy grande, tiene un gran espejo, inmenso diría. La chica regresa más rápido de lo que pensé. Tiene mas o menos cinco vestidos en sus brazos.

Me hace ilusión casarme de blanco, si, soy alguien quizá ordinaria, pero es lo que siento, caminar al altar, estar con la persona que amo, irnos de luna de miel, algo romántico, pero no es para mi esta vez, quizá en mi próxima vida pueda hacerlo.

— Este es un estilo princesa. -me lo muestra, si es demasiado hermoso- Tiene los hombros descubiertos pero un encaje por los brazos deslizándose al pecho, llegando a la cintura. Puedo agregarle un cinturón de piedra, si es que te apetece, la falda es muy esponjada, pero no tanto.