[COMPLETADO] Durmiente +Revali x Lector/a +

Los Traidores

Glosario de este capítulo:
N/A: Not Available/No disponible
P.O.V: Point of view/Punto de Vista
N/A P.OV: No hay punto de vista.
T/n: Tu nombre.

___N/A P.O.V___

El hallazgo de un sheikah milenario corrió en todo el reino, el chisme incluso llegó a oídos de alguien que era enemigo del reino pero también celebró aquello.

El clan Yiga, Sheikah que "traicionaron" a la corona y ahora vivían en un escondite en la región de las gerudo, intentaban derrocar la corona, vivir en un mundo sin monarquías ni órdenes pero aunque eso sonaba a algo viable sus métodos no eran del todo aceptables; Por ejemplo, sus objetivos para eso era matar a los servidores principales de la corona, a la princesa o cualquier cosa en su camino.

Pero como eran rebeldes los recursos para alimentar a su gente eran apenas suficientes, las armas debían ser cuidadas con sus vidas, tener piezas de tecnología aunque fuera antigua daría una ventaja indescriptible.

Un viajero, o al menos eso parecía, cruzó el desierto con mayor facilidad que cualquier otro para finalmente entrar a lo que fue el fondo de un cañón, donde habían apenas un par de amuletos de madera con diferentes símbolos pintados.

Dos sujetos enmascarados le hicieron frente, tenían trajes ajustados de sigilo color negro con rojo, las máscaras poseían el símbolo Sheikah revertido, eran delgados pero con musculatura suficiente para hacer frente al enemigo que aun así les superaba en estatura y tamaño, empuñaron un par de armas parecidas a aras, llamadas "rebanadoras".

-"Servimos al reino una vez...- Empezó a decir el extraño viajero, usaba un sombrero alargado y desgastado, el resto de su cuerpo se cubría por una alargada capa

Los sujetos bajaron sus armas -Ahora el reino nos servirá a nosotros"- respondieron ellos, se inclinaron.

De un segundo a otro el extraño transformó sus ropas, su apariencia, era musculoso, fuerte, usaba un traje de ese clan pero su máscara tenía un largo corte que le atravesaba junto a dos cuernos laterales, tenía un par de fragmentos de armaduras, probablemente de soldados que cayeron ante su espada.

-Señor Sogg, bienvenido de vuelta- saludó uno, Sogg empezó a caminar haciendo caso omiso al saludo pero dejó un gran saco con varias frutas y carne -Lleven esto a las cocinas, que todos coman bien- aquel hombre gigante pudo escuchar las expresiones de emoción y júbilo por parte de los guardias.

El escondite se veía pequeño, pero en realidad era una especie de palacio esculpido dentro de la piedra, Sogg era la mano derecha del actual líder del clan; El maestro Kogg.

Se decía que era uno de los Sheikah más viejo que usó técnicas prohibidas para tener una vida longeva, no se sabía cuántos años había vivido, mucho menos sobre Sogg, ambos líderes eran un misterio.

El líder del clan Yiga estaba en un cuarto casi al fondo de enorme y laberíntico lugar, había un altar con diferentes telas, artefactos y cofres, era un hombre de complexión obesa, muchos miembros del clan cercanos lo podían describir como alguien "excéntrico" pero no en el mal sentido, malo o bueno, una vez que conocías al gran maestro siempre lo recordabas.

Tenía los brazos cruzados, sentado con las piernas entrelazadas, con la espalda recta, Sogg entró e inmediatamente se inclinó ante él -Maestro Kogg, tengo noticias-

-¿Tan importantes como para interrumpir mi conversación con los antepasados?- preguntó un tanto molesto el maestro -Lo lamento, si, es importante, los sheikah y la tribu orni han encontrado restos tecnológicos que datan desde la era del crepúsculo, los objetos aún se encuentran ahí pero desean transportar todo al palacio-