Capítulo 2

60 16 27
                                    

Carlos

ओह! यह छवि हमारे सामग्री दिशानिर्देशों का पालन नहीं करती है। प्रकाशन जारी रखने के लिए, कृपया इसे हटा दें या कोई भिन्न छवि अपलोड करें।

Carlos

Dos años atrás

Mi vida era un desastre, tenía que admitirlo. 

Muchas cosas habían pasado en casa durante los últimos años. Era casi como si viviera solo. Jamás veía a Lidia o mamá. Ambas trataban de mantenerse al margen de mi vida y eso... dolía. Cada vez sentía que arruinaba las cosas un poco más. 

Mi hermano ni siquiera vivía en este estado porque consiguió un trabajo en Nueva York al salir de la universidad. Le iba muy bien. Hubo un tiempo en que todos estábamos unidos, que esta casa estaba llena de risas cálidas y serenidad, a pesar del carácter de mi hermana. Todo eso empezó a cambiar cuando mi hermano se mudó con su novia a Nueva York y empeoró mucho más cuando el virus llegó a nuestra casa. Ni hablar con lo que pasó hace un año.

Escuché desde mi cuarto que la puerta de entrada se abría y las dos mujeres más importantes de mi vida entraban por ahí. No me molesté en bajar las escaleras para saludarlas como habría hecho en el pasado. Solo escuchaba como se reían y hablaban mientras hacían la cena. Más tarde cuando las dos se hubieran ido a la cama, bajaría para tomar algo de comer antes de ir a la fiesta de hoy.

Me senté frente a mi ordenador y comencé a jugar con los auriculares puestos y la música a todo volumen. Lo único que me tranquilizaba, además de fumar, era jugar videojuegos o hacer cualquier cosa relacionada con la tecnología. Me relajaba desde que papá había muerto y seguía teniendo el mismo efecto calmante.

❤·❤·❤

Colarme a hurtadillas dentro y fuera de mi casa se había vuelto algo normal para mí. A mi madre probablemente le daría algo si supiera que fumo y salgo de casa casi todas las noches. Por suerte me había vuelto tan bueno en ocultarle cosas que ya ni siquiera tenía que esforzarme.

La casa estaba a oscuras cuando fui a la cocina para tomar mi cena, y aunque sentía que algo era raro, no le di importancia porque me estaba muriendo de hambre. Por supuesto, me arrepentí de no haber sido más cuidadoso cuando mamá encendió la luz cruzando sus brazos sobre su pecho y me vio con un plato de comida en la mano. 

Suspirando internamente, le saludé—: Hola, ma.

Debí haberle causado una impresión tierna porque relajó su mirada severa.

—Carlos, sabes que puedes comer con nosotras, ¿verdad? —me preguntó con empatía. Yo no pude evitar ponerme a la defensiva. Ellas fueron quienes empezaron a evitarme, yo solo se los estoy haciendo más fácil.

—Estoy bien, mamá —respondí entre dientes, tratando de que mi voz sonara neutra, pero no fue suficiente para que parara.

—No, no estás bien —ella dijo duramente y tenía razón—. Desde lo que pasó has ido cambiando cada vez más, ya no te reconozco —por un momento pareció que su voz tembló y me sentí una mierda por hacer que mamá se sintiera mal, porque ella jamás mostraba debilidad. Se aclaró la garganta y continuó—. Me llamaron del instituto.

Somos tú y yo | 2 |जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें