_____ trabaja en Supergirl interpretando a la hermana menor de Kara y Alex Danvers. Su última relación la dejó marcada y llena de inseguridades por el modo en el que acabó.
Pero como en toda historia cursi, todo cambió cuando Katie McGrath se unió a...
Aumentó un poco la velocidad y separó más mis piernas, luego se inclinó hasta alcanzar mis pechos con su boca para pasar su lengua por ellos.
–¡Oh!– mordí mi labio ante la mezcla de sensaciones y gemí cuando enterró sus dientes cuidadosamente en mi piel, luego succionó y se alejó dejando una notable marca. El sudor se estaba haciendo presente y ahora sus movimientos eran rápidos. Mis pechos se movían de acuerdo a sus penetraciones y su sonrisa no se borró en ningún segundo. Salió de mí para poner el juguete sobre mis pliegues y simular penetraciones para estimularme –¡Ah!– presionó sobre mi clítoris sin detener los movimientos y apoyé mi cabeza en la cama para disfrutar el inminente orgasmo, pero mis intenciones fueron derribadas cuando Katie se detuvo. La miré frunciendo el ceño –¿Qué haces?– no dijo nada y metió el juguete en un solo movimiento –¡Ah!– reí –Te prometo que lo hago inconsient...– su mano se apoderó de mi cuello y lo apretó fuertemente.
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(Las mira con esta expresión, pero sin ropa y sin el maquillaje...echen a volar la imaginación)
–No estás siendo obediente, no te mereces la recompensa– tragué ante su intimidante tono y gemí cuando retiró su mano –Veamos si te ganas el próximo– susurró –Recuéstate de lado– lo hice y levanté una pierna para darle acceso a mi entrada –Excelente– se acomodo tras de mí y tomó mi pierna con su mano para apretarla y mantenerla en el aire.
Se introdujo en mí y gemí levemente, su mano viajó hasta mis pechos y se afirmó de uno de ellos para reanudar las penetraciones. A los pocos segundos sentí sus besos en mi espalda y luego sus mordidas en mi hombro. Bajó su mano llegando a mis húmedos pliegues y mordí mi labio para no decir nada. Sus dedos comenzaron a moverse circularmente sobre ellos y gemí fuerte cuando introdujo también uno de sus dedos en mí sin detener sus penetraciones. Nuevamente se salió de mí y me quejé al sentir el vacío, se acercó a mí y susurró.
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–En cuatro– me senté en la cama para después ponerme en la posición que dijo y me dio una nalgada. Apretó mi trasero con sus manos y después puso el juguete sobre mi entrada –¿Lo quieres dentro de ti? ¿No que era demasiado grande?– relamí mis labios e hice un esfuerzo por no hablar –Oh, ya veo ¿Quieres tu orgasmo?– asentí –¿Quieres correrte mientras estoy saliendo y entrando de ti?– afirmé nuevamente y me nalgueó nuevamente –¿Y quieres que sea muy duro?– asentí lentamente –Respóndeme– volvió a golpear la zona y de seguro ya debía estar roja, pero la sensación era placentera.
