"En ti está, porvenir, en ti la salvacion, en tu risa veré el Sol"
- Enrique Santos Discépolo.
¿Se imaginan pasar tantos años en un lugar como el Infierno y en un simple parpadeo, aparecer en frente de Dios? Pues eso me pasó.
Este es el principio del final...
—Bienvenido de vuelta, Hermano— escuché la voz de mi hermano mayor.
—¡...!— estaba totalmente petrificado, no podia creer que estuviera ahí otra vez.
—¿Extrañaste este lugar?
—¿Qué hago aquí? ¿Por qué estoy aquí? —Nuestro Padre quiere hablar contigo.
¿De que quería hablarme mi padre? ¿Por qué...?
De verdad no podia creer que estuviera ahí otra vez, las preguntas invadian mi mente. Sentí mucho miedo... ¿Por qué miedo? ¿Acaso...?
Finalmente me llevaron donde mi padre, a su alrededor volaban los 7 Arcángeles, vigilandome, mirandome con repudio, deprecio, lastima y odio.
—Hola, Samael— Me decia Miguel mientras me miraba como si fuera una cucaracha.
—Hermano... ¿Por qué estoy aquí, Miguel? ¿Qué le hiciste al Paraíso?
—Lo mejoré completamente, lo llené con mi Gracia para evitar que surja un nuevo y asqueroso Tu. Ahora todos viven en Terror hacía mi y a Dios.
—Estas demente, Miguel.
—Jaja... silencio, Diablo. Ahora soy mas fuerte que tu y puedo destruirte en este momento si quisiera. Cuida tus palabras.
Se le notaba demasiado consumido por la ira, se veía cada vez mas poderoso. Kariel... ¿es esto lo que quisiste proteger...?
Finalmente mi padre me habló.
—Samael, hijo.
—No quiero que me llames asi, yo soy Lucifer.
—¿Tienes alguna idea de por que hice que te trajeran aquí?
—¿Para humillarme mas? ¿Para desgraciarme mas la vida? O al menos si me trajiste aquí es para por fin destruirme, que creeme, prefiero eso a estarlos viendo a ustedes 8.
—Calmate, hijo. —No soy tu hijo...
—...Te he traido aquí para darte una segunda oportunidad.
—¿Qué?
