Capítulo 4 - Los segundos hijos de Dios.

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"Qué importa la sordera del oído cuando la mente oye, la verdadera sordera, la incurable sordera es la de la mente"

- Víctor Hugo

<<Entonces, hermano mayor, ¿Para qué es que nos ha reunido nuestro padre?>> — le pregunté al Ángel Supremo, aquel que ni siquiera consideramos entre los más poderosos, dado que su poder es infinitas de veces superior al mío y su Gracia... su Gracia es "Creación".

—No lo sé, Lucifer... ahora que lo pienso ¿Nuestro Padre está de acuerdo con ese nuevo nombre tuyo?

—No es algo en lo que deba estar de acuerdo el. —Hmm...
—Aquí viene...

Sentí en ese momento una perturbación en mí... como si algo terrible fuera a pasar y de nuevo vi el fuego que había visto en los ojos de Miguel. Sentí demasiado calor.

Nuestro padre se presentó ante nosotros, mi hermano mayor siempre ha sido su consejero y a mí me incluyó en esto debido a que soy el guía del universo que han hecho. 

El tema: las segundas creaciones de Dios. Los segundos en tener Alma.

Me pareció algo asombroso la existencia de otras personas que tuvieran alma. ¿Cómo serían? ¿Más poderosos? ¿Más hermosos que nosotros los ángeles? ¿Cómo se llamarían?...

Mi padre estaba dando todas las ideas de sus creaciones, sus cuerpos, mucho más pequeños que los nuestros, más débiles y frágiles. Supuse que tendría que compensar tales cuerpos con alguna otra ventaja.

Sus palabras seguían; la inteligencia era muy limitada e inferior a la nuestra, de ellos dependería si crecía o se encogía. A partir de este punto, ya me olían mal las cosas.

Mi hermano difícilmente contradecía en ideas a nuestro padre, pero sus gestos los conozco desde el inicio de los tiempos, estaba claro que él estaba en contra de tales cosas.

Este fue el momento donde todo empezó a ser peor: los haría mortales y estarían fuera de este reino.

Eso me aterró, parecía que crearía personas para verlas sufrir por diversión. Aquí fue donde ya no pude contenerme.

— ¿Qué clase de atrocidad estas diciendo, padre? Los estas mandando a morir dolorosamente. Hermano, vamos, tu sabes que esto no es correcto, dile algo.

—...
—... Así será entonces. Continua con tus planes, padre.

La monstruosidad de su creación parecía no tener límites, era terrorífico ver como los estaba describiendo, escuchar como vivirían y entonces nos dijo que al igual que nosotros, tendrían emociones, sentimientos... personas con una inteligencia muy inferior, cuerpos iguales, poseyendo tales cosas tan peligrosas, sabía que serían incapaz de controlarlas. Un ángel como Satán cayó ante la ira y Miguel parece estar siendo consumido lentamente por el odio ¿Qué sería de ellos? La maldad haría que se perdieran a sí mismos.

LuxWhere stories live. Discover now