Capítulo 3 - Satanael y La Luz del Universo

7 0 0
                                    

"Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la Vida." 

- (Juan 8:12, Biblia)

Mi nombre al ser creado por mi padre fue Samael. Soy el segundo ángel en nacer y el más inteligente, el más fuerte, el más hermoso y el más poderoso hasta donde mi voluntad me lo permita.

Les contare a ustedes sobre el rival de Dios, Satán.

Yo no soy Satán, sin embargo me adjudican ese nombre dado que su historia no es conocida por nadie, solo se escucharon de rumores de alguien a quien llamaron "El Rival de Dios" y al ser yo el único conocido en enfrentarlo... bueno, ustedes me pusieron así.

La historia de mi nombre Lucifer empieza con Satanael.

Yo era el líder de los Arcángeles, éramos 8, Samael, Miguel, Gabriel, Rafael, Uriel, Jofiel, Zadkiel y Chamuel. Acomodados en orden según la fuerza que tenían, siendo yo el más poderoso y Chamuel el más débil, aun así, él era incomparable con los demás ángeles.

Nuestra misión era proteger al Reino de Dios de cualquier amenaza y aunque parezca que no puede existir peligro alguno en tal lugar, alguna vez lo hubo.

Satanael. Era un ángel común, uno muy artístico, tocaba mucho el arpa y la flauta y su música era apreciada en todo el reino. De igual manera, también era alguien a quien le gustaba saber sobre lo que éramos los ángeles. Encontró el significado de maldad y era algo que no entendía del todo, dado que los ángeles sabíamos controlar nuestras emociones, (aunque no somos tan diferentes a los humanos en ese aspecto) siguió buscando información hasta que decidió sentir tal emoción, sentir ira, una lástima que él no supiera controlar tal cosa y peor aún, que su ira fuera encaminada hacia nuestro padre.

En el Cielo existía una espada poderosa, el arma más poderosa de todas, hecha de lo mismo que nuestro padre. La Lux Gladio. Todos los ángeles respetábamos el poder de tal espada, así que nadie se atrevería algún día a tocarla, debido a su devastador poder, un simple corte podía destruir tu cuerpo y tu alma para siempre. 

Podía partir el universo cual cuchillo ardiente en mantequilla.

Esa espada estaría destinada al ángel que sería el guía del universo, debido a su gran nobleza, inteligencia, poder y control. Era obvio entonces que esa espada debía ser de algún arcángel, y aunque yo fuera el más poderoso de los 8, era alguien muy orgulloso y eso me hacía en cierta parte, indigno de ella. Así que todos sabíamos que esa espada seria algún día de Miguel debido a que era el más balanceado en todos los aspectos.

Miguel solía jugar y entrenar mucho con una de nuestras hermanas menores, Kariel. Ella deseaba ser un arcángel algún día, aunque sabíamos que su poder jamás se lo permitiría, la veíamos crecer y verla feliz por algún día ser la numero 9. Así como Miguel la entrenaba, yo entrenaba a Miguel, jugaba con él, le enseñaba todo, combatíamos muchísimas veces y en ninguna me podía vencer. Nunca hasta entonces me pudo vencer. Yo sabía que el seria alguien poderoso, pude ver fuego entre sus ojos, como si estuviera viendo al futuro. No le di importancia.

LuxWhere stories live. Discover now