Hay personas con las que conectas, a las que miras a los ojos y sabes que tenía que suceder, que debías conocer, que debía ocurrir, y no se si sea el destino o una estupida casualidad, pero no concibo una vida en la que no existas, no quiero y me re...
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—¿Sabes qué?, Jodete. —agarre mi bolsa saliendo de la habitación, Tom me siguió y al momento de tomar el pomo de la puerta hablo.
—Si te vas se terminó. —me gire a verlo.
—Si se termina es para no volver. —fruncí el ceño.
—Diane. —trato de tomar mi mano y me separe de golpe.
—No me toques. —bufo.
—¿Es tan difícil olvidar el tema?
—Oh si ya lo olvidé. —sonreí falsamente. —Es más ya no me duele ninguna parte del cuerpo gracias por tu consejo.
—Se va a disculpar.
—¡Eso no va a arreglar mi maldita mano! —levante la voz.
—¿Pero demandarla Diane?
—Se lanzo encima de mi como un puto animal, ¿Qué debería de hacer?, pedirle amablemente que me soltara. —reí sarcástica. —No lo pensé, estaba muy ocupada tratando de que no me rompiera la nariz. —suspire molesta. — ¿Estás conmigo o no?
—Diane. —suspiro. — Por favor, hablémoslo.
—No tengo nada de qué hablar contigo, ¿No me estás viendo? —señale mi cara.
—Es que necesito que pienses las cosas con claridad. —fruncí más el ceño.
—Si o no. —hable entre dientes.
—Estoy contigo. —me miro. — Pero no puedes...
—Sabes que jodete. —repetí apuntándolo.
—¿Ahora que hice? —levanto ambas manos.
—No lo dices enserio. —lo apunte. —No lo sientes, no sientes que deberías estar de mi lado y es peor.
—Este berrinche es estúpido.
—¿Berrinche? —reí.
—Estás pensando desde tu coraje, por favor.
—Eres estúpido. —gruñí.
—Basta Diane, no puedes comportarte así, tenemos semanas así lo odio ya basta.
—Tu no ayudas en nada tampoco. —me cruce de brazos.
Pero dentro de esto él tenía razón, teníamos mínimo dos semanas peleándonos. ¿Por qué?. Bueno parece chiste pero era por todo, pero justamente lo de hoy paso la línea.
[...]
—Bueno, hay como cien personas esperando a Tom, les prometo que serán unas cuantas fotos, sonrisas y ya.
