CAPITULO FINAL

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Las horas empiezan a pasar cada vez más lento, Libi y yo ya nos encontramos en la sala de espera de pacientes que están en cirugía

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Las horas empiezan a pasar cada vez más lento, Libi y yo ya nos encontramos en la sala de espera de pacientes que están en cirugía. La sala en la que se encuentra Jean esta en constante movimiento de personal, salen dos médicos y terminan entrando cuatro más. Cuando eran solo siete médicos ahora son unos diez, estamos tratando de calmarnos entre Libi y yo, hasta que salen dos enfermeras de la sala donde esta Jean, salen corriendo y llegan con otro medico que solo nos miro de reojo y preocupado. Entre más tiempo pasaba más se alteraban en esa sala, salían con bolsas de sangre vacías y entraban con más.

—Libi, algo esta pasando, algo esta mal—Le digo a Libi empezando a tener taquicardia. 

—Es Jean, todo va a estar bien—Dice mientras aprieta mi mano.

Ya son pasadas las nueve de la mañana cuando por fin sale los once médicos de esa sala. Se les ve cansados y preocupados.

—¿Familiares de JeanCarlo León?

—¡Nosotros!— Decimos en coro levantándonos de las sillas a la par.

El medico se acerca a nosotros.

—El paciente sobrevivió a la cirugía—Mi alma volvió al cuerpo—Pero...—Se fue de nuevo—El paciente salió muy indefenso, le transferimos toda la sangre posible a su cuerpo para evitar alguna otra complicación. Es hora de entubarlo, tenemos varias opciones, esperemos que sobreviva las dieciséis horas, si no lo hace lastimosamente fallecerá por no poder respirar solo o sufrirá muerte cerebral, casi lo mismo. Lo siento muchísimo—El medico se adentra en una sala.

Libi y yo nos abrazamos y caemos al suelo en llanto, las demás familias nos miran con dolor, con pesar. Una señora se acerca a nosotros para que nos levantemos. Nos hace sentar en la silla y empieza a calmarnos, nos trata como sus hijos. Cuando logramos calmarnos ella se queda acariciando nuestras cabezas.

—Niños, necesitan comer algo, ¿Quieren que les traiga algo?

—No tenemos ganas de comer—Decimos en coro.

—Niños, niños. Tienen que comer, no se pueden enfermar. Voy a traerles algo.

La señora se para y se dirige al ascensor. Ya son casi las tres de la tarde y aun no sabemos nada, hasta que se acerca un medico a nosotros.

—Vengan conmigo, pueden verlo desde afuera de la habitación. Pueden verlo por la ventana.

Ambos nos levantamos de la silla y lo seguimos hasta la zona de hospitalizaciones, una enfermera entra a la habitación donde se esta quedando Jean y abre la ventana. Al abrirla veo a Jean con cables conectados a su cuerpo, con un tubo a dentro de su garganta, con su pelo rapado y una enorme cicatriz en su cabeza.

—Jean...—Digo poniendo mi mano en aquel cristal que nos divide—Por favor, se fuerte amor. 

Libi me abraza y nos quedamos a verlo, hasta que llega la señora a nuestra ubicación. Llega con cafés y unos muffins para comer.

"Tu lograste ser la excepción"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora