Todos los personajes pertenecen a JK Rowling, y por consiguiente a la saga de Harry Potter, Animales Fantásticos y datos e historias de Pottermore.
Los hijos de aquellos que salvaron Inglaterra una vez son ahora los protagonistas de su propia aventu...
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Scorpius bajó del tren un tanto desconcertado, como si estuviese perdido. Albus se fijó en que sus ojos grises vagaban recorriendo el andén en busca de sus padres, al igual que los suyos, sin embargo, él no logró encontrar la masa de pelirrojos que formaban el clan Weasley y en su lugar encontró la cabellera azul y revuelta de Teddy. Instantáneamente, al ver el cabello y posteriormente el rostro del que consideraba un hermano mayor, una sonrisa se dibujó en sus labios.
Scorpius se alzó en sus puntillas dos o tres veces para ver entre la multitud a alguien reconocido que lo llevase a su casa. Albus había visto el rostro del señor Malfoy y de la señora Malfoy e intentó ayudar a su mejor amigo en la tarea de buscar a sus progenitores, pero sin un resultado eficiente.
La aglomeración de la estación hacia casi imposible visualizar a cualquiera a menos que midiese dos metros y sacase cuatro cabezas a ambos amigos de Slytherin. Para su suerte Theodore era mucho más alto que ellos y les facilitó la tarea.
—¡Scorp!— la voz de Theo Nott se escuchó a sus espaldas y ambos se giraron para encontrar al chico acompañado de sus amigos de Ravenclaw. —Mis padres están allí vamos.— Scorpius le dirigió una mirada preocupada, no sabía el porqué pero el hecho de que sus tíos le recogiesen no parecía algo bueno.
—Adiós Al.— el hilo de voz de Scorpius se escuchó sorprendentemente por encima del bullicio de estudiantes y familiares.
Albus se despidió con un gesto de la mano de su amigo mientras Theo se despedía de Leo con un fuerte abrazo y un choque de manos. Albus recordó las palabras de Lara Drake al ver como Theo y Molly se despedían algo avergonzados y las orejas de su prima se tintaban de rojo y las mejillas de Theo de rosa. Con una despedida simpática de Theo, Molly lo instó a que lo siguiese.
—Bueno Leo, ya nos veremos, que te sea leve.— Molly abrazó y besó en la mejilla a su amigo quien con una sonrisa triste se despidió de ellos.
—No te preocupes, tengo ganas de ver a mis hermanos. Adiós Albus.— con una última sonrisa y un gesto de la mano Leo Drake se fue a buscar a sus hermanos desapareciendo entre la multitud.
Molly soltó un suspiro y le dirigió una sonrisa, Albus se la devolvió y juntos marcharon hacia dónde estaba Teddy. Hermes ululaba intranquilo y deseoso de salir de su jaula mientras recorrían la estación. Mientras llegaban hacia dónde estaban todos sus primos, él y Molly tuvieron una animada charla sobre el profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, una charla que sirvió para poner al pobre profesor tan verde como la fruta que comenzaba a dejar de ser flor. Nunca se hubiese imaginado a su prima Molly hablando mal de alguna autoridad escolar, claro que ella solo hablaba en un contexto académico y no personal.
—Hola Albus.— saludó Teddy con una radiante sonrisa y subiéndose la cremallera de la chaqueta. Observó que toda la familia que asistía al colegio ya estaba allí reunida. —Vuestros padres no han podido venir, os llevaré a la madriguera.— anunció por encima del barullo.
