Capitulo trece

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-Ya amor mío, estoy acá- en el auge de una cierta noche bastante complicada, la suave voz angelada de Itachi hacía eco en la habitación mientras acariciaba la espalda de Naruto quien se resistía a quedarse dormido, abriendo sus hermosos ojos para volverlos a cerrar. No era él quien se resistía, a decir verdad, era el zorro dentro suyo que lo hacía dar vueltas en la cama sin poder encontrar el lugar cómodo para dormir, ambos estaban incómodos. Se notaba cansado, por dios que lo estaba, lo único que quería era dormir, pero cierto demonio no se lo permitiría tan fácilmente (que tampoco era culpa suya). Los pensamientos y las ideas volvían loca su cabeza mientras el pequeño rezongaba, el terror a las pesadillas lo había condicionado a una ansiedad aplastante antes de quedarse dormido por la noche. Era terrible e Itachi la sabia, palmeando su espaldita mientras este rodaba sobre su espalda para tumbarse boca arriba, luego abajo, luego sobre un costado, todo eso mientras gimoteaba presa del pánico. Quería dormir y no podía, era extenuante y su llanto había contagiado a Sasuke quien ya temeroso no quería estar dentro de la cuna- corazón, está bien, yo se mi amor, yo sé que duele- continuó consolándole, mientras de pura molestia el chico lloraba, con su rostro rosado completamente de lágrimas que no podía contener mientras se tallaba los ojos- Shhhh... Shhhh...- arrastró las letras sin saber que más hacer para que dejase de llorar, acunarlo no servía y mucho menos hablarle, estaba incómodo, enfadado consigo mismo. Gimoteaba entonces como un zorro a la luz de la luna, con su cabecita hundida en la almohada tristemente confundido, sabiendo de alguna manera que debía de conseguir dormirse- ¿serán los dientes?- se cuestionó Itachi mirando a Kakashi desde su lugar- ¿la comida? No entiendo porque está tan ansioso.

-Es una casa nueva, debe de ser por eso- teorizó el peliplata haciendo rebotar a Sasuke en sus brazos puesto que el pequeñito no quería quedarse en la cuna solo. Todos estaban demasiado cansados como para intentar otra cosa que no sea acompañar el momento- cuando era bebé solía llorar así- se limitó a decir mientras el recuerdo le hacía tiritar por la culpa, después de todo él era muy joven para hacerse cargo de un niño, pero reconocía haberse despertado más veces en la madrugada por culpa de los gritos de aquella criatura que bien parecía decir "acá estoy, véanme". Itachi ciertamente lo sabía, él mismo se había escabullido a ver de qué se trataba sin saber si se trataba de su hermano o de un alma en pena- en ese momento debió de extrañar a mamá- Naruto bajó el volumen de su voz tallando su rostro "mamá" aquella palabra le sabía tan rara en el paladar, que no pudo evitar detenerse a probar un poco más. Sasuke lo imitó, quedándose bastante quieto mientras sus ojos parecían buscarla dentro de la habitación, esperando a que ella viniera a consolarle. Sin más simplemente el llanto siguió, más lento, más silencioso, más pensativo.

-Debe de ser eso- contestó Itachi con una voz cansada mientras se pasaba una mano por el rostro- ¿Por qué no dejamos que duerman juntos esta noche?- propuso viendo como Naruto continuaba girando inquieto, Kakashi simplemente se inclinó para pasarle al pequeño pelinegro que fue colocado al lado del rubio- ¿así está mejor, amor?- preguntó mientras Sasuke adormilado giraba su cuerpo para acurrucarse de una mejor manera, dándoles la espalda pero reconfortando a Naruto cuando sus respiraciones se unieron. Ambos corazones latieron en sincronía evidente, más cuando Sasuke finalmente enredó sus bracitos alrededor del rubio, acurrucándose uno al lado del otro con dulzura- ay dios sí- murmuró Itachi para su propia sorpresa mientras subía las rejas de la cuna para asegurarlas en su lugar, dando un paso hacia atrás al ver que su pequeño hermanito estaba haciendo todo el trabajo sin saberlo. Quedando solo un eco lloroso de lo que alguna vez fue un llanto ensordecedor que retumbaba en las paredes- la caja musical- señaló con su dedo a lo que Kakashi la encendió mientras se apresuraba a salir de la habitación, viendo que el llanto cesaba y a todo eso le quedaba el simple ulular del viento. Pero Itachi se frenó antes de salir, sin saber si estaba en lo correcto al dejarlos finalmente solos, pero Kakashi lo consoló tomándole de los hombros, sacándole de la habitación con un ágil movimiento, temiendo que comenzara de nuevo.

Before you goDonde viven las historias. Descúbrelo ahora