Capitulo doce

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Dejando escapar una risa divertida, Naruto se adelantó, corriendo con dificultad elevando sus pequeños bracitos a los costados como si se tratase de un ave, chocando un par de veces a Sasuke en ademán casi divertido para comenzar un juego, de alguna manera funcionó, pese a lo vergonzoso que solía ser el pelinegro menor en eso de demostrarse interesado en alguna cosa que no tuviera que ver con el estudio. Ambos corretearon cruzando sus caminos varias veces mientras los adultos conversaban buenamente a sus espaldas, comenzaban a disfrutar verdaderamente sus respectivas compañías, teniendo en cuenta el tiempo que habían llevado juntos era completamente necesario y esperado para su supervivencia. Por lo menos los chicos se veían bastante contentos, comportándose como niñitos de su edad, hablando a los gritos mientras paso tras paso recreaban su libertad sabiéndose protegidos en cualquier momento. Sin armas en sus bolsillos, ni la vaga idea de ser cazados dentro de sus cabezas, se limitaban a ser sin ningún tipo de atadura ni miedo. El camino frente a ellos no se dividía en ningún momento, era una sencilla línea recta que en algún momento los pondría frente a la casa, debido a esto no presentaba ninguna molestia ni peligro dejar que los pequeños se adelantaran completamente divertidos, sabiendo que hasta la mañana siguiente estarían atrapados dentro de esa casa. Nadie les había dicho nada, pero claro era que salir de noche ahora sería una más de las prohibiciones casi liberadas al aire, que no estaban escritas, pero era de saber público. Era una genuina pena en realidad, no había nada más que Sasuke amara que dar una vuelta a la aldea durante la noche, quizás no tan lejos de casa por el evidente temor de cruzarse con alguien de no tan buenas intenciones, pero si lo suficiente para mirar las estrellas y sentarse un rato en algún columpio, haciendo vida de niño (dejando de lado las pocas ganas que tenía de volver a dormir después de los incidentes anteriores). Era un niño de la luna después de todo. El pasto a ambos lados del camino parecía acunar la vuelta a casa, acariciando suavemente sus brazos al verlos pasar, robándoles más sonrisas mientras continuaban corriendo, ya sin los chupetes, riendo a los gritos cuando algo de ellos estaba a punto de tocar al otro. Saltaba de un juego al otro como si pudieran comunicarse en sus propias mentes, la tocadita seguía siendo uno de sus juegos predilectos de todas maneras. En algún momento uno tocaría al otro y se daría todo vuelta de manera que sin perder la oportunidad comenzaran a perseguirse nuevamente. Por primera vez Sasuke parecía estarse divirtiendo de verdad, esquivando al torpe zorro de nueve colas a cada paso, pero sin poder ser ni la mitad de constante que el rubio, en algún momento terminaría por ser atrapado. Naruto caía (la mayor parte de las veces) por pregonar que era inalcanzable mientras bajaba la velocidad y le ponía caras tontas, quién sabe, quizás lo hacía a propósito para poder ser también el cazador. Sin la gorra de lana, sus hermosos rizos rubios caían salpicados por su rostro, como un espectáculo de tirabuzones de oro y rayos de sol, que se arrebataban alocados por el viento dándole un vistazo nunca antes visto puesto que el chico solía mantenerlos hacia arriba con la banda de su aldea, pero ahora, sin la misma, había dejado a sus cabellos en libertad absoluta. Estos libremente caían sobre su rostro y frente haciendo resaltar sus vibrantes ojos celestes cielo que encantaban a cualquier que los viera, sin saber la maldición que traían al ocultar al zorro tras los mismos.

-¡Puedo correr mucho más rápido que vos!- le aseguró Naruto deteniéndose para coloca ambas manos sobre sus rodillas, respirando agitadamente, Sasuke lo imitaba mientras negaba con su cabeza varias veces sin poder hablar- claro que si- insistió mostrándole sus manos para detener cualquier palabra que pudiera salir de la boca de su contrincante- mira, ni siquiera estoy cansado- mintió- Naruto Uzumaki nunca se rinde- le aseguró hinchando su pecho de orgullo- créelo.

-Claro que no- Sasuke se mostró firme, aunque ciertamente agotado, levantándose para secar la transpiración de su frente con su antebrazo, deseaba arrojar la campera a la basura ¿por qué hacía tanto calor en ese momento? Que desperdicio- puedo correr de aquí hasta la casa antes de que siquiera muevas tus perezosos pies de acá- le aseguró dándose aires de grandeza mientras arrugaba ligeramente la nariz escuchando la voz animada de su hermano a sus espaldas, estaban bastante cerca, no le dirían nada si daban un par de pasos hacia delante.

Before you goDonde viven las historias. Descúbrelo ahora