Capítulo 5. El masaje

3.9K 513 94
                                    

5 de la mañana.

La hora a la que se debía levantar a ejercitarse si quería estar listo para comenzar a trabajar a las ocho.

Trabajo... todo había resultado mejor de lo que esperaba. Si, ser el asistente de Victoria era muy demandante y lo hacía mantenerse ocupado casi todo el día, pero se la pasaba muy bien; el ambiente era muy ameno, tenía bastante libertad, era reconocido por su jefa... y además se llevaba muy bien con ella.

Por supuesto, siempre se trataban con respeto y ella era muy amable. Pero además lo tenía presente para tomar decisiones. Realmente se sentía cómodo en aquel lugar. Todo de su nuevo trabajo le gustaba.

"Todo."

Y es que no era necesario esconderlo, la señorita le gustaba; era bastante atractiva y ambos tenían química. Aún no habían tenido relaciones sexuales, porque ella era algo tímida (cosa que le sorprendió, ya que en la oficina siempre era segura de sí misma y tenía mucha autoridad). Pero al momento de besarse, sus cuerpos se acoplaban a la perfección. No mentía al decir que también disfrutaba de aquellos besos y la formaba en que Victoria reaccionaba a sus caricias.

Sin embargo, todo era meramente físico.

Por supuesto, llegaría hasta donde la señorita quisiera. Tenían un contrato, además, Victoria era bastante más joven y si ambos no se hubieran conocido por aquel trabajo, no tendrían nada en común.

Así que la cláusula de no enamorarse se mantendría intacta.



🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸

El viaje a la oficina transcurrió tranquilo como siempre; Victoria veía por la ventana mientras pensaba en cosas de la empresa, a la vez que Franco iba a su lado, revisando los compromisos de la chica y hacia algunas llamadas

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

El viaje a la oficina transcurrió tranquilo como siempre; Victoria veía por la ventana mientras pensaba en cosas de la empresa, a la vez que Franco iba a su lado, revisando los compromisos de la chica y hacia algunas llamadas.

Al llegar al edificio, cada uno tomo asiento en su escritorio y comenzaron a trabajar. A eso de unos veinte minutos después, el asistente se levantó (ya que ambos trabajaban en la misma oficina) y fue a donde su jefa:

—Señorita, en treinta minutos será su cita con el equipo encargado del proyecto automotriz -le recordó el moreno sosteniendo su Tablet.

Victoria se recargo en su silla y bebió de su té caliente.

—Sí, estoy lista. ¿Qué más tengo en mi agenda?

El pelinegro busco en su dispositivo.

—A las 12:00 tiene cita con su dermatólogo, asumo que serán unas dos horas con todo y el traslado en auto... -toco la Tablet para cambiar de hoja —a las tres de la tarde tiene reunión con el representante del proyecto de los cepillos de belleza... por eso agende su comida en el edificio a las dos de la tarde...

—Otro día apretado, ya veo...

—Así es, lo siento señorita, hice lo mejor que pude -se disculpó sin despegar la vista de su dispositivo como usualmente hacia cuando aún no terminaba de hablar.

El mayordomo y la princesa de hieloWhere stories live. Discover now