Capítulo IV. ❝ Mi verdad❞

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Su mente no podía dejar de repasar los acontecimientos de las últimas dos semanas. Todo había comenzado con el momento en el que Haruki lo había descubierto besando a aquella enfermera en esa bodega. ¿Cómo en el mundo iba a imaginar que Haruki lo vería ahí de todos los lugares? ¿Era alguna jugada cruel e irónica del destino?

Quería hablar con él. ¿Pero que era exactamente lo que quería decirle? Ni siquiera él lo sabía. Lo único que sabía era que necesitaba hablar con él, pero Yatake estuvo pegado a él todo el día como un chicle.

No supo que fue lo que lo llevó a seguirlo hasta aquel estacionamiento ese día. ¿El destino o el karma? ¿Tal vez ambos? Ver aquel beso le revolvió el estómago y le hizo hervir la sangre. ¿Pero que podía decir? Él no era nadie.

Y ahora tenía que soportar ver a Yatake recogiendo a Haruki a diario en el hospital. "¿Es que acaso no tiene nada mejor que hacer?"

¿Acaso habían comenzado a salir? Era demasiado cobarde para preguntar y demasiado cobarde para escuchar la respuesta. Así que hizo lo que sabía mejor: esconder sus sentimientos y fingir que no pasaba nada.

Sabía perfectamente bien que no tenía ningún derecho de enojarse, mucho menos de reclamar y por eso era aún más frustrante el tener que ocultar su enojo.

— Kaji-san — la voz de Uenoyama lo sacó de sus pensamientos. Era bastante tarde, se encontraban saliendo del hospital y justo ambos habían presenciado como Take había pasado a recoger a Haruki, puntual como cada día de las últimas dos semanas

—Yatake sabe que Haruki tiene un auto propio ¿No? — no pudo evitar dejar salir su vomito verbal en forma de pregunta

—Supongo — Uenoyama se encogió de hombros sin darle mucha importancia — Llevan dos semanas así, supongo que por fin Haruki decidió darle una oportunidad

—¿Crees que estén saliendo? ¿Haruki te ha dicho algo?

—No me ha dicho nada, ya sabes lo reservado que suele ser con su vida personal, pero creo que a este punto es bastante obvio que si

—Si es nuestro amigo debería decírnoslo — no podía evitar dejar en evidencia el enojo en su voz, por suerte Uenoyama era lo suficientemente despistado para no sospechar nada más allá

—Si somos sus amigos deberíamos darle tiempo hasta que él mismo se sienta lo suficientemente cómodo para decirnos por él mismo — le regañó Uenoyama. ¿Cómo era posible que el mocoso siempre tuviera la razón? A veces olvidaba que se suponía que él era el mayor ahí

—Odio cuando tienes razón — se quejó y suspiró

—¿O sea que siempre me odias?

—También te odio cuando eres un pequeño arrogante — le revolvió el cabello con la mano, sabía que Uenoyama odiaba que hiciera esto — Nos vemos mañana

—Hasta mañana, Kaji-san — se despidió subiendo a su auto

Akihiko lo observó subir a su hermoso modelo deportivo BMW negro. Aquel mocoso de verdad no sabía ser discreto, aunque aquel auto le iba bastante bien, él por su lado prefería las motocicletas, siempre fue así y aquello no cambio ni al convertirse en un adulto profesional. "Los doctores también podemos conducir motocicletas", le dijo en una ocasión a su madre, quien no dejaba de quejarse de que aquel vehículo no era apropiado para un profesionista como él.

Uenoyama sin embargo era más tradicional, incluso un poco reservado en ocasiones. Aquel elegante -y costoso- auto iba perfectamente con él y toda su imagen de doctor pulcro. A veces lo envidiaba, pero siempre se sentía orgulloso de él

⊱┊BROKEN TIE 【Given OMEGAVERSE 】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora