⊱┊BROKEN TIE 【Given OMEGAVERSE 】

Capítulo II ❝Tú❞

Una mañana pesada sería la mejor manera de describir aquella y cada una de sus mañanas, nuevamente se fue al trabajo sin nada más que una taza de café y un poco de pan en el estómago, ya compraría algo de camino al trabajo -mentira-

Miró el reloj. Faltaba poco menos de 10 minutos para las 8:00 AM. Aprovechó la luz roja del semáforo para cerrar sus ojos durante unos segundos, hasta que el incesante sonido de los cláxones a su alrededor lo hicieron reaccionar.

Había pasado gran parte de la noche pensando en un tratamiento adecuado para Mafuyu. Decidió empezar con un tratamiento poco invasivo sin tantos medicamentos, quería observarlo de cerca y determinar si era necesario aumentar la dosis, mantenerla o disminuirla, y es que tenía el presentimiento de que su estado se debía a algo más complicado, algo que ni todos los tratamientos y anti depresivos del mundo podrían solucionar. Y de ser así, el único que podría salvar a Mafuyu sería el mismo.

Se topó con Haruki en el estacionamiento del hospital. Iba bajando de su auto mientras hablaba por teléfono con alguien, se veía sonriente.

— ¿Con quién crees que esté hablando? — preguntó de repente una voz a su lado. Se asustó pues nunca escuchó a nadie aproximarse a él

—¡Maldición, Kaji-san! No te aparezcas de repente, es aterrador

—¿Soy aterrador?

—Cuando te apareces de la nada cuando todavía sigo medio dormido, si

—No contestaste mi otra pregunta — le recordó

—¿Con quién habla Haruki? No lo sé, ¿Por qué no le preguntas si tanto te interesa? — contestó un tanto irritado mientras activaba la alarma de su auto, haciendo el esperado sonido. Haruki al escucharlo volteó a ver a su dirección y se acercó a saludar

—¡Buenos días, chicos! — les sonrió y ambos podrían haber jurado que aquella sonrisa los había dejado ciegos

—Por el amor de dios, Haruki. ¿De dónde sacas tanta energía tan temprano por la mañana? — se quejó Uenoyama mientras comenzaba a caminar al elevador que los llevaría al hospital. Aquel estacionamiento era subterráneo, por lo cual aquello era necesario

—De mi desayuno — enfatizó — supongo que nuevamente se vinieron sin desayunar — ambos chicos se mantuvieron callados ante la acusación del de cabello largo

Después de compartir unas cuantas palabras -y regaños de parte de Haruki- cada uno se dirigió a su zona de trabajo en aquel enorme hospital. En el trayecto Uenoyama notó que Akihiko observaba a Haruki sospechosamente, como si quisiera preguntarle algo, pero no se atreviera. Algunas veces esos dos actuaban de manera extraña, y él concluía que se debía a aquella extraña complicidad que tenían incluso desde antes de que él los conociera, pero siempre que intentaba averiguar acerca de ello, Akihiko jamás le decía nada.

Al llegar a su oficina, dejó su maletín en el escritorio y se colocó la bata blanca. No le gustaba mucho usarla fuera del hospital, por lo cual esperaba a llegar para ponérsela, de igual manera se la quitaba cuando tenía que salir a comer.

Unos toques en la puerta lo hicieron levantar la mirada, una enfermera entró con el rostro preocupado

—¿Qué sucede? — preguntó

—Es el nuevo paciente, doctor

—¿Sucede algo con él? — el tono en su voz se notó claramente más preocupado, mientras decía esto se levantó de su asiento

—No está cooperando. Sé que es nuevo, pero nunca habíamos tratado con alguien tan terco — se quejó — no contesta nada de lo que le decimos, ni siquiera nos dirige la mirada